La CGT reunirá a su Consejo Directivo esta semana a fin de discutir la situación social, económica y política y definir una medida de acción directa.

La reunión se llevará a cabo entre jueves y viernes en la tradicional sede de la central sindical de la calle Azopardo.

Según pudo conocer este diario, el temario se conocerá al momento de realizarse la convocatoria, lo que podría suceder entre mañana y el martes. Con todo, Tiempo pudo saber que se realizará un análisis de la situación política, social y económica, además de que se debatirán situaciones puntuales, como la reforma laboral y los cambios en las obras sociales que propone el gobierno.

Según las fuentes consultadas, de todo ello surgiría una medida de fuerza de alcance nacional junto con una declaración que criticará en duros términos la política económica del gobierno nacional.

Como para ir calentando los músculos, la CGT aprobó en su reunión de mesa chica del jueves pasado, la participación en la movilización que se realizará pasado mañana, desde las 10, contra los tarifazos y que se dirigirá al Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), cuya sede central está ubicada en el microcentro porteño.

A esa movilización ya han comprometido su participación una veintena de sindicatos cegetistas, además de organizaciones sociales.

El Consejo Directivo de la CGT está compuesto por 26 cargos, además de los dos secretarios generales, Héctor Daer, titular del sindicato de trabajadores de la sanidad, y Carlos Acuña, jefe del de trabajadores de estaciones de servicio.

Críticas

En una serie de entrevistas radiales, Daer expresó entre el viernes y ayer sus críticas a la política económica del gobierno de Mauricio Macri y no descartó la posibilidad de un paro nacional. El jefe sindical enmarcó estas expresiones en el relato de la reunión que mantuvo, junto con otros dirigentes de la CGT, con los técnicos de la misión del Fondo Monetario en la Argentina.

«Le planteamos al Fondo que con esta política de ajuste, que tiene como único objetivo el déficit cero, se agudizaron los problemas, tenemos más pobres, más desempleados, y la tan enarbolada apertura económica genera cada vez más incertidumbre en sectores productivos», explicó Daer.

En sucesivos diálogos con las emisoras Continental y La Red, Daer detalló que el jefe de la misión del FMI, Roberto Cardarelli, llegó acompañado de siete técnicos. Daer señaló que junto con los otros dirigentes de la CGT le advirtieron al FMI que «esto no va más» y que la crisis social se ha agudizado.

Daer estuvo acompañado por Gerardo Martínez, titular de la UOCRA y anfitrión del encuentro, Andrés Rodríguez (UPCN), Julio Piumato (Judiciales), Roberto Fernández (UTA), Enrique Salinas (UOM) y Sebastián Maturano (La Fraternidad). Carlos Acuña, el otro secretario general de la CGT, no participó de la reunión.

En medio de las descripciones sobre la crítica situación por la que atraviesan los trabajadores, los dirigentes cegetistas le anticiparon a los técnicos del Fondo Monetario que estaban evaluando la decisión de tomar medidas de fuerza. Fernández, el líder del sindicato de choferes de colectivos, ratificó esa situación. «Un país que está paralizado es como un negocio que no vende. Nos preocupa que cada vez más la falta de trabajo donde nosotros somos testigos diariamente: cada vez se cierran más negocios y fábricas», dijo.

La actitud de la CGT aparece como respuesta a los desafíos que le presentan distintas variantes sindicales, tanto dentro como fuera de la central obrera. El jueves pasado fue el turno de las organizaciones vinculadas a la Multisectorial 21F, en el primer aniversario de la masiva concentración en la avenida 9 de julio, el 21 de febrero de 2018. Encabezado por Camioneros, las dos CTA, la Corriente Federal de Trabajadores (CFT) y los movimientos sociales, la multisectorial apuntó sus dardos contra la conducción cegetista y en varios discursos criticaron la reunión entre la CGT y el FMI al tiempo que exigieron medidas de acción directa. «Nosotros nos ponemos al frente de la defensa de los derechos de los trabajadores y no vamos a aceptar que se resigne un sola conquista, un solo convenio. Otros, en cambio, eligen dialogar con el FMI», criticó Hugo Moyano.

Por otro lado, las expresiones sindicales de la izquierda realizaron dos semanas atrás una fuerte movilización en la que reclamaron un plan de acción de las centrales sindicales. «La lucha es ahora», fue la consigna principal en respuesta a lo que consideran una postergación de la defensa de los derechos de los trabajadores –empleo, salario, convenios– para privilegiar la conformación de alternativas electorales.

La presentación de Preventivos de Crisis por parte de las empresas (ver página 18) agitó aún más las aguas sindicales, ya removidas por un cuadro de crisis social, económica y política. «