Las altas de jubilaciones ordinarias cayeron desde el año 2015 en un 68%, según los números oficiales de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES). Si bien en ese año se produjo el pico de jubilaciones de la década, especialistas apuntan a la política del gobierno nacional en la materia, que incluye una serie de trabas que estarían impidiendo esas jubilaciones. En tanto, en la ANSES aseguran que la tasa de cobertura, un dato clave que mide la cantidad de personas que teniendo la edad de jubilarse ya lo hicieron, se encuentra en niveles récord desde finales de 2016, en torno del 93%, y que ello demuestra que se siguen otorgando beneficios previsionales.
Dos razones
En rigor, ambas posiciones están en lo correcto, lo que indica que se está produciendo otro fenómeno: si la tasa de cobertura se mantiene estable y las jubilaciones están cayendo, eso quiere decir que están creciendo otras modalidades previsionales. En este caso, la Pensión Única del Adulto Mayor, la PUAM. El problema es que la PUAM es un beneficio de menor calidad que la jubilación y de menor valor económico, apenas un 80% del haber mínimo.
El tema fue materia de debate en un reciente congreso sobre seguridad social organizado por el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal. Allí, la abogada previsionalista Silvia Arce detalló esta baja en las jubilaciones.
«Nos encontramos en un nivel de crisis total», le dijo la especialista a Tiempo.
Según los datos abiertos de la página web de ANSES, en el año 2013 se jubilaron 213.910 personas. Las altas subsiguientes fueron: 377.454 (2014); 707.309 (2015); 439.020 (2016); 301.292 (2017): 233.203 (2018); y 116.592 para los primeros seis meses de este año.
Como puede observarse, 2015 constituye el pico absoluto, prácticamente duplicando las altas de 2014 y más que triplicando las de 2013.
En la ANSES explicaron que la causa de ese salto fue la aplicación masiva de la moratoria de 2014, la Ley 26.970, que abrió una para mujeres de 60 años y varones de 65 o que los cumplieran en los siguientes dos años.
También se observa que tras ese pico, la caída de las altas jubilatorias es acentuada.
Para los defensores de las moratorias, lo sucedido en 2015 demuestra la utilidad de ese régimen ya que las jubilaciones logradas por esa vía (llamada no contributivas porque el beneficio se otorga sin necesidad de contribuciones previas a la Seguridad Social) tienen los mismos atributos que las contributivas (las logradas tras los años de aportes que marca la ley).
Arce, que también integra el Instituto de Seguridad Social del Colegio Público de Abogados, indicó que la política del gobierno en materia previsional derivó en la caída registrada desde 2015.
«En primer lugar, la moratoria de 2014 se prorrogó desde este año hasta 2022, pero no se movió la fecha de corte, fijada en 2003, lo que obliga a las mujeres a acumular más aportes si quieren jubilarse. Se restringe el acceso a la jubilación», explicó Arce.
En segundo término, la especialista apuntó a la discriminación hacia los varones, ya que la moratoria mencionada sólo aplica a mujeres. «Eso es absurdo porque los varones también sufren del empleo en negro y el desempleo», dijo.
Por último, señaló que la evaluación socioeconómica que ANSES realiza antes de otorgar una jubilación por esta moratoria «es muy restrictiva» y que, de hecho, se está buscando que la justicia la declare inconstitucional.
Cobertura
En ANSES consideran que «es correcto separar los beneficios contributivos de los no contributivos», otorgando a los primeros una jubilación ordinaria y a los segundos, una pensión. Este es el criterio que originó la PUAM.
Para Arce, «aplicar este concepto en un país con el 35% de sus trabajadores en negro, es un absurdo».
En ANSES también destacan que la cobertura previsional se encuentra en torno del 93% desde finales de 2016. «Estamos en el techo de cobertura», dijo una fuente del organismo. Y, a diferencia de Arce, señaló que con las moratorias «no hay incentivo para que el trabajador haga el aporte previsional».
En 2018 se sumaron 286.897 nuevas jubilaciones y PUAM. En 2014, cuatro años antes, se jubilaron 213.910 personas. «
Ganancias: la Corte dice que no
En un nuevo fallo, la Corte Suprema ratificó que los jubilados no deben pagar Ganancias.
Sucedió en un reciente fallo que, además, agregó un nuevo ángulo: mientras que en la sentencia de mayo pasado había eximido del pago de Ganancias a una jubilada en virtud de la situación de «vulnerabilidad social» en la que se encontraba, ahora dejó firme un fallo de la Sala 2 de la Seguridad Social que directamente declaró inconstitucional la retención del impuesto, independientemente de la situación de vulnerabilidad.
A diferencia del fallo de mayo -el caso García, de Entre Ríos- esta última sentencia le abre la puerta a una acción similar a todos los jubilados que en la actualidad tributan Ganancias, unos 300 mil según los datos de Jefatura de Gabinete expuestos por Marcos Peña en la Cámara de Diputados a principios de año.
Con todo, cabe recordar que los fallos de la Corte Suprema no tienen aplicación automática sobre todos los casos similares al del fallo. Cada uno de los interesados debe abrir su propio proceso judicial.
Esta es una de las causas por las que los tribunales de la Seguridad Social se encuentran atiborrados. El mejor exponente de ello son los centenares de miles de juicios por reajuste de haberes que siguen los pasos de los famosos fallos de la Corte Suprema Elliff y Badaro.
Abogados especializados y miembros del fuero de la Seguridad Social han reclamado que la Corte haga la extensión automática a todos los casos similares, por ahora sin suerte.