Es imposible adelantarse al futuro y, por eso, al tratarse de una fórmula atada a variables de la economía resulta una quimera saber por adelantado si los jubilados ganarán o perderán con la nueva fórmula de movilidad que ya elaboró la comisión bicameral y presentó al ejecutivo y a los presidentes de ambas cámaras.
De allí surgirá el criterio para la actualización de los haberes previsionales y será puesta en consideración de los legisladores en las próximas semanas. Posiblemente en los primeros días de diciembre.
Sin embargo sí es posible establecer en qué escenarios hipotéticos ocurriría una cosa o la otra.
La titular de la Anses dio una primera pauta a la hora de defender el proyecto: “si la Argentina no crece, no hay formula de movilidad, ni de la Coca Cola, que pueda favorecer a alguien”.
Desde el oficialismo aseguran que el diseño es muy similar al que rigió en la Argentina entre 2008 y 2017, y que, según los datos oficiales, implicó una recuperación del haber jubilatorio con relación a la inflación.
Es que, claro, aquella movilidad atada al salario y en el marco de un crecimiento económico, con la excepción de los años en los que los sueldos quedaron relegados con relación a la suba de precios (2012 y 2014) implicaron una recuperación.
Para Santiago Fraschina, Secretario General de la ANSES, “la efectividad de la fórmula creada en 2008 para mejorar los haberes jubilatorios está probada: desde su primera aplicación en marzo de 2009 hasta su suspensión en 2017 las jubilaciones aumentaron un 25,8% descontando la inflación del período”.
Con todo, a diferencia de la vigente bajo el mandato de CFK, la nueva fórmula no tomará el índice que “resultara mejor” entre el RIPTE y el de INDEC.
La justificación oficial de ese cambio se fundamenta en que el primero (que tiende a ser inferior porque no toma en cuenta los conceptos no remunerativos ni los salarios gerenciales fuera de convenio), resulta «más tranparente» que el del INDEC. Es que aquel surge taxativamente de los aportes y contribuciones patronales a la AFIP mientras que, el segundo, del relevamiento que realiza el INDEC en la Encuesta permanente de Hogares.
Además, la fórmula contiene un ítem vinculado a la recaudación pero en un contexto de recesión económica.
Christian D’ Alessandro, abogado especializado en sistemas previsionales y otrora asesor legislativo de Mirta Tundis, señaló que «es sustancialmente la misma a la sancionada en el año 2008». Con todo, opinó que «la nueva ley de movilidad permitirá a los jubilados que ganen en épocas de bonanzas pero, si la inflación se dispara, pierdan por goleada».
Por su lado, el economista Emmanuel Álvarez Agis, vice ministro de Economía en la gestión de Axel Kicillof en el Palacio de Hacienda elaboró, a través de la consultora PxQ que conduce, un simulador a partir del cual reconoce que la fórmula no resultará más beneficiosa en el primer período aunque sí lo será a largo plazo. El estudio realiza un análisis del impacto de la seguridad social sobre le total del PBI en clave comparativa entre las diferentes fórmulas.
La que estuvo vigente bajo el gobierno de CFK y hasta 2017 siempre se ubica por encima de las otras dos e implicaría un peso del sistema previsional para el segundo trimestre de 2020 de un 8,7% sobre el PBI. La actual reduciría su importancia hasta un 7,4% mientras que la de Cambiemos, suspendida por la actual administración, caería hasta un 6,5 por ciento. El informe reconoce que, en 2017 por ejemplo, la actual fórmula hubiera tenido un impacto inferior a la de Cambiemos.
Algo que, sin embargo se omite, es el hecho de que el haber sufrió dos fuertes quitas en los últimos años.
De eso se encargó Eugenio Semino, titular de la Defensoría de la Tercera Edad. En diálogo con Tiempo Argentino señaló que: «el debate de la fórmula de la ley de movilidad es secundario y falaz. El problema es la recomposición del haber. El mínimo está en $18 mil, mientras que el medio está en $26 mil. La canasta del sector supera los $45 mil».
El especialista destacó que «les afanaron 6 puntos en el empalme de diciembre 2017, 20 puntos más se perdieron entre 2017 y 2019, y otros 15 puntos promedio ahora. La gran deuda del sistema político es recomponer estos 40 puntos»
D’ Alessandro, por su parte, señaló que «lo que se pretende es desindexar la economía conforme lo advirtió el presidente. La nueva fórmula, cómo se impulsa, está perfecta pero se debería incorporar una «cláusula gatillo» para que los jubilados no pierdan por inflación». «