Tras la suba del 10% del precio de los combustibles que se venden al por mayor, el interrogante que sobrevuela entre los economistas y en algunos despachos oficiales es acerca del impacto que tendrá este alza en los precios. En un escenario de fin de año con varios incrementos de los precios regulados, como el gas, la electricidad y el transporte de pasajeros, en el sector empresario aseguran que resultará difícil absorber el aumento de sus costos y no trasladarlos a los precios de sus productos.
Tiempo consultó tanto al Ministerio de Energía y Minería como al de Hacienda. En ambos negaron tener alguna previsión sobre el impacto en los precios de la suba mayorista de los combustibles, que en los hechos, es el alza del precio del gasoil.
El incremento de los precios de los combustibles será en dos tandas. Primero, a los que compran al por mayor, como las empresas de transporte de carga y pasajeros, los ferrocarriles o las compañías de aviación comercial. A esas empresas petroleras les aumentaron los precios de los productos que les venden en un 10 por ciento. El gasoil es el más comercializado, aunque también se venden naftas especiales para la aviación comercial y, en mucha menor cantidad, nafta para vehículos.
Esta es la suba que las empresas industriales y de servicios que emplean estos combustibles consideran que no absorberán y que, eventualmente, trasladarán a los precios de los productos que elaboran en cuotas o dosis.
«Las empresas van a evitar aplicar un shock con una suba de golpe», aseguró a Tiempo Santiago Fraschina, director de la carrera de Economía de la Universidad de Avellaneda y titular del Observatorio de Políticas Públicas de esa alta casa de estudios.
De esta forma, una parte del alza de precios de octubre estará influida por el alza mayorista de los combustibles.
Pero los datos de inflación seguirán sintiendo esa influencia en los meses venideros. «Las empresas seguirán aplicando los aumentos en los meses siguientes y a ello se agregará el impacto que tendrá el alza de los precios en el surtidor», agregó Fraschina. De allí que el consumidor final tendrá un doble castigo en materia de suba de precios que, en esta oportunidad, será visible de acá a fin de año.
Para que se tenga una idea del impacto de la suba en la estructura de costos de las empresas, la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac) calculó que la suba acumulada de los combustibles en lo que va del año es del 25%, bastante por arriba de la inflación que mide el Indec y que acumula un alza del 15,8% en lo que va del año.
Una fuente cercana a empresas de transporte de pasajeros, en tanto, aseguró que «se agravó» la situación de esas firmas y reclamó, inmediatamente, una suba de las tarifas de los pasajes. El gobierno ya anunció que luego de las elecciones legislativas de octubre subirá esos valores.
No todas las empresas subieron el precio mayorista de sus combustibles. A diferencia de Shell y Axion, YPF ha optado por otro camino, al menos por ahora. Eligió ajustar las promociones y los plazos de pago que ofrece a sus clientes mayoristas, a los que ahora les redujo los descuentos y los tiempos para cancelar sus compras. Una fuente de la empresa aseguró que «no hay a la vista un cambio en los precios, ni mayoristas ni minoristas». El 22% del gasoil que vende YPF es a mayoristas, especialmente los ferrocarriles y empresas de transporte por camiones.
Con todo, conviene recordar que el presidente de la firma, Miguel Gutiérrez, aseguró dos semanas atrás que «a octubre, los precios de los combustibles deberían aumentar algo». En el mercado petrolero consideran que YPF hará una única movida sobre fines de mes, con la que subirá tanto los precios mayoristas como los minoristas.
En definitiva, Fraschina de la Undav, considera que «habrá un inevitable impacto inflacionario. De ahí que ya muchos analistas están calculando que la inflación de todo 2017 será del 25%, muy lejos de la pauta del 12 al 17% que estableció el Banco Central».
Según este economista, esta situación traerá consecuencias macroeconómicas, como una caída en el consumo si no se respetan las cláusulas gatillo, por las cuales los trabajadores deberían recomponer sus salarios en caso de que la inflación subiese por encima de los acuerdos paritarios. «En ese caso, se presantaría una caída del ingreso real y una pérdida del poder adquisitivo, con lo cual el consumo se estancará», aseguró.
No hay estimaciones oficiales públicas sobre el impacto del incremento de los combustibles en el nivel de precios. Las privadas no han logrado establecer una matriz que establezca una relación directa entre las subas de los combustibles y el alza general de precios. Pero que ese incremento se va a producir, ya nadie lo duda. La pregunta en cuánto. «