La semana que pasó dejó una definición que pasó desapercibida en medio de tantos anuncios oficiales de carácter fundacional. En un evento organizado por una publicación financiera, el titular del Procrear, Iván Kerr, señaló que el Banco Ciudad estudia diversos mecanismos financieros que le permitan «desprenderse del riesgo de no pago de los créditos» hipotecarios actualizados por el índice UVA.
Kerr aseguró que «estamos trabajando en la calificación de uno de los bancos públicos, el Banco Ciudad, para hacer una primera securitización», según informó el portal LaPolíticaOnline.
La operación consiste en que el banco agrupa las hipotecas que emitió y las vende como un paquete en el mercado de capitales a fin de sacarse de encima el riesgo de insolvencia de sus clientes. El paquete puede incluir hipotecas sólo de clientes solventes; una combinación de solventes e insolventes; o, por último, sólo de clientes insolventes.
El banco vende ese paquete compuesto por las hipotecas en forma de un bono. El comprador se beneficia con una ganancia por encima de la de mercado, garantizada por el pago mensual de las cuotas de los créditos hipotecarios.
El moño del esquema es la calificación de riesgo que se le otorga a ese bono. Una buena calificación le otorga al bono un mayor atractivo entre los potenciales inversores.
Esta ingeniería financiera fue la que estalló en Estados Unidos en 2007, diez años atrás, dando inicio a la crisis «subprime» que luego derivó en una crisis de los bancos especializados en comprar esos paquetes securitizados, lo que a su vez puso en situación crítica a los grandes bancos que les prestaban dinero a los anteriores. El resultado final fue el rescate estatal de estos últimos a un costo de billones de dólares pagados por los contribuyentes.
¿Qué pasó? Las calificadoras de riesgo les ponían buenas notas a los paquetes de bonos securitizados a pesar de que muchos de ellos se basaban en hipotecas de personas poco solventes o directamente insolventes. La paulatina suba de las tasas de interés en EE UU encareció las cuotas de los préstamos y los deudores dejaron de pagar.
A diferencia de la experiencia de Estados Unidos, el talón de Aquiles de los créditos hipotecarios UVA es la inflación. En la medida en que no cae, lleva a que la actualización del capital y los intereses sea constante. Más se paga, más se debe. A pesar de esta realidad, los créditos UVA son la estrella financiera del Banco Central y de su presidente, Federico Sturzenegger.
El analista financiero Christian Buteler advirtió en la red social Twitter el impacto de la inflación en los créditos UVA. Aseguró que «la realidad es que no pueden controlar la inflación, que somos un país inflacionario crónico» y agregó: «Con esa característica es muy complicado atar la deuda de tu casa a la inflación».
Según las cuentas de Buteler, en el caso de un crédito UVA de $ 1.000.000 a un plazo de 240 meses, tomado 19 meses atrás, la cuota inicial pasó de $ 7915 a $ 11.268. Pero más grave es que tras el pago de las 19 cuotas, la deuda ascendería a $ 1.402.641: «Debés un 40% más», dijo Buteler sobre el ejemplo tras pagar 183.775 pesos.
El experto consideró que el crédito UVA «le traslada el riesgo inflacionario 100% al deudor, mientras el acreedor se asegura una tasa real positiva».
Según Buteler, el índice UVA subió un 45,91% entre marzo de 2016 y octubre último. Claramente los salarios no subieron en la misma proporción. Tampoco lo hicieron las propiedades, las que entre agosto de 2016 y octubre último subieron en dólares un 13,53 por ciento.
La búsqueda de un resguardo para los bancos ante la posibilidad de que la inflación afecte la capacidad de pago de los deudores UVA incluye el lanzamiento de un seguro que garantizaría a los bancos ante la mora. En principio se estudia esta medida sólo para los préstamos UVA incluidos en el Procrear, pero en el sistema financiero se evalúa la conveniencia de pedir una extensión del seguro a todos los créditos. Una salida semejante en los préstamos elevaría el valor de las cuotas, que es lo que se quería evitar al lanzar los UVA.
Se trata de buscar la cuadratura del círculo mientras no baje la inflación. «