Los consumidores argentinos terminarán pagando los impuestos que corresponden a las empresas y personas que ofrecen servicios a través de Internet y están radicadas en otros países. Así quedaría asentado en la nueva estructura tributaria que elabora el gobierno nacional y que podría ser presentada en octubre próximo.
El adelanto lo dio el titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Alberto Abad, en un encuentro con la prensa en el que anunció el lanzamiento de un plan de facilidades de pago de deudas impositivas destinado a empresas.
Abad refirió que dadas las dificultades para imponer la tributación a las empresas que ofrecen servicios digitales, y en general, a las transacciones realizadas dentro de la llamada economía colaborativa, se avanza hacia la imposición en el medio de pago.
Las razones de la AFIP son dos: la primera, que es muy difícil hacer tributar a empresas que están radicadas en otros países por sus operaciones realizadas en Argentina; la segunda, que si eso se lograra, la empresa trasladaría ese impuesto al consumidor. Por cualquier vía, el consumidor terminaría pagándolo, dijo el administrador federal.
A favor de esta visión, Abad detalló que en el ámbito del G-20, el grupo de los 20 países más desarrollados y que integra Argentina, se ha avanzado hacia una salida del tipo el consumidor paga. No obstante, el funcionario indicó que existe mucho interés de parte de todos los países por avanzar en una regulación tributaria más estricta de la economía digital, empuje que igualó al que existió en su momento entre las autoridades fiscales para lograr el intercambio internacional de información bancaria.
En la mira se encuentran todas las transacciones que se realizan vía digital y que tienen por origen a un consumidor argentino y como final a una empresa o persona en otro país.
Ejemplos: una suscripción a Netflix o servicios similares (Spotify, HBO Go, etc.); la contratación de un inmueble vía Airbnb o de un taxi vía Uber. En todos esos casos, de acuerdo con el anticipo de Abad, el consumidor argentino terminaría pagando el impuesto que no se le cobra a su contraparte.
La idea de que el consumidor argentino pague el impuesto que le corresponde a otro ya tuvo fuertes rechazos cuando el gobierno de la ciudad de Buenos Aires quiso imponer Ingresos Brutos a Netflix. En esa oportunidad, el entonces jefe de Gobierno y actual presidente, Mauricio Macri, opinó que no creía que esa empresa de contenidos fuese a trasladar el tributo a sus abonados. Finalmente, la Ciudad le impuso a Netflix y otras firmas similares un 3% en concepto de Ingresos Brutos, desde febrero de 2015.
El problema es que, tal como dijo Macri en 2014, la plataforma digital no necesariamente traslada a sus clientes el impuesto. Cobrárselo directamente al consumidor es buscar el camino más fácil. Que no necesariamente es el más justo.