El gobierno inició los procedimientos para asegurar la provisión de gas en el mercado interno durante 2023. A tal efecto, la empresa estatal Energía Argentina convocó a una licitación para contratar 30 barcos con GNL (gas licuado) para el invierno del presente año. Las entregas están pautadas desde el 15 de marzo hasta el 5 de agosto en Escobar, donde funciona una de las plantas regasificadoras de la empresa.
La anticipación en la compra obedece no sólo a una saludable intención de no pasar sobresaltos en el abastecimiento de gas en los próximos meses, sino a una oportunidad: el precio del GNL en el mercado internacional se estabilizó en una franja de entre 20 y 23 dólares por millón de BTU (la unidad británica con la cual se comercializa el gas). La cifra es bastante más baja que los 42 dólares que había previsto la Secretaría de Energía para este año.
Durante 2022, los precios del gas en todo el mundo se dispararon como consecuencia de la guerra en el Este europeo y del cese del suministro de Rusia a los demás países del Viejo Continente. En Argentina se pagaron las consecuencias con creces: de acuerdo a un informe preparado por el Instituto Argentino de Energía General Mosconi, los 41 embarques de gas natural importados el año pasado costaron un promedio de 28,82 dólares por millón de BTU, más del triple de los 8,33 dólares abonados en 2021. En el Ministerio de Economía estimaron que el diferencial de precios significó un plus de U$S 3.800 millones en el total de importaciones en materia de combustibles.
¿Y el gasoducto?
La contratación de embarques desde el exterior surgió de la imposibilidad de que la producción local abastezca la demanda interna. A fines del año pasado, en ocasión de celebrarse una audiencia pública para actualizar las tarifas, la Secretaría de Energía estimó que el 88,6% de las necesidades para 2023 será cubierto por los productores locales; el 9,4% se traerá de Bolivia, país con el que se celebraron convenios de importación que garantizan el suministro; y el 2% restante vendrá por barcos.
El portal especializado Econojournal estimó que la treintena de cargamentos costará alrededor de U$S 2.000 millones, lo que implicaría unos U$S 900 millones de ahorro con relación al año pasado. También informó que Energía puso sobre la mesa la posibilidad de pagar una parte de ese monto por adelantado, en lugar de al arribo del barco, como es habitual. Esa variante permitiría obtener un mejor precio.
El panorama puede cambiar según avance la construcción del gasoducto Néstor Kirchner, que traerá al área metropolitana el gas que se produce del yacimiento neuquino de Vaca Muerta. Se espera que la primera etapa de la obra, que unirá las localidades de Tratayén y la bonaerense de Salliqueló, atravesando en su camino las provincias de Río Negro y La Pampa, esté habilitada en el invierno. Los contratos de adjudicación estipularon la finalización de los trabajos para el 20 de junio y prevén que las empresas constructoras tendrán bonificaciones si entregan la obra antes de esa fecha, como también penalizaciones ante eventuales demoras. Esto explicaría la menor cantidad de embarques contratados y también alienta las expectativas sobre el cese de la necesidad de los mismos para 2024, conforme el ducto se vaya expandiendo en sucesivas etapas.