Los efectos de la sequía se sienten cada vez con más fuerza. La recaudación de abril pasado es un testimonio de ello. La falta de agua en los campos argentinos derivó en una sustancial reducción de las retenciones, que son los ingresos fiscales que surgen de las exportaciones de granos y cereales, especialmente soja. Además, la seca pegó en la recaudación por Ganancias.
Según los datos que dio a conocer el Ministerio de Economía en la noche del martes, la recaudación del mes de abril alcanzó los $ 2,551 billones (millones de millones), lo que significó una reducción de recursos notable ya que esa cifra representa el 90,2% más que la del mismo mes de 2022.
Si bien el dato de la inflación de abril aún no se conoce, se sabe que su nivel será similar o aun superior a observado en marzo, cuando fue del 7,7%. En ese mes, la inflación anual fue del 104,3%. Suponiendo que este nivel de inflación se mantenga en abril, los 14 puntos por debajo que mostró la recaudación representan unos $ 400.000 millones menos.
Según el parte de Economía, la recaudación estuvo “gravemente afectada por el desempeño de los tributos asociados al comercio exterior producto de la sequía”. El Palacio de Hacienda hizo un ejercicio matemático para demostrar que, “excluyendo” las retenciones, la recaudación creció un 104,5% entre abril de 2022 y el mismo mes de 2023.
Las retenciones (oficialmente, Derechos de Exportación) sumaron $ 50.561 millones en abril mientras que un año antes alcanzaron los $ 97.229 millones. La caída del 48% refleja el descenso exportador, especialmente del sector rural. Acá pesó con mayor fuerza la sequía y en menor medida el hecho de que los productores de soja vendieron parte de la cosecha guardada en silobolsas en diciembre. Esto se observa en el escaso logro del dólar soja 3.
“Vale destacar que la variación interanual en la recaudación por Derechos de Exportación de marzo se vio afectada por la sequía registrada durante los últimos meses, la cual tuvo un impacto significativo en el sector agroganadero”, dijo el comunicado oficial.
En ese sentido, lo recaudado por la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip, el organismo encargado de esa tarea) en impuestos ligados a la actividad “contribuyeron al crecimiento de la recaudación nacional”. El ministerio de conduce Sergio Massa destacó el crecimiento interanual de los ingresos provenientes del IVA (del 117,3%, por encima de la inflación del período), del impuesto a los Créditos y Débitos (popularmente conocido como impuesto al cheque, del 98,7%) y los Impuestos Internos Coparticipados (128,0%). En estos últimos se incluye los tributos que afectan a las actividades del tabaco; bebidas alcohólicas; cervezas; bebidas analcohólicas; jarabes, extractos y concentrados; servicio de telefonía celular y satelital; objetos suntuarios y vehículos automóviles; y motores, embarcaciones de recreo o deportes y aeronaves.
“En la misma línea, los recursos de la Seguridad Social, se expandieron en 110,7% i.a., reflejando las mejoras salariales registradas. La suba responde al crecimiento de las Contribuciones Patronales (+116,3% i.a.) y al incremento de los Aportes Personales (+104,7% i.a.)”, detalló el Palacio de Hacienda.
En cambio, el aumento interanual de los ingresos por Ganancias, del 88%, estuvo en abril muy por debajo del promedio general. Es claro que pesaron los incrementos salariales por debajo de la inflación, además del incremento en la elusión empresaria, de la que la propia Afip ha dado cuenta a lo largo de los últimos meses.
El aumento de la recaudación del Impuesto PAIS, que recarga con un 30% las compras de dólares por parte de los ahorristas minoristas, creció un 78,1%, evidenciando las cada vez mayores dificultades de los individuos para acceder al dólar, tanto por la falta de ingresos en pesos como por las trabas también a la compra de divisas que impone el gobierno.