El ministro de Economía, Martín Guzmán, afirmó que la negociación por la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) “será dura y va a llevar meses”, y estimó que “es posible que recién a comienzos del año que viene podamos cerrar un acuerdo”.
“La relación con (la directora gerente del Fondo) Kristalina Georgieva y todo el staff ha sido muy buena, pero esto no quita que esta vaya a ser una negociación muy dura, compleja”, subrayó Guzmán en declaraciones formuladas esta mañana a la radio FM Metro 95.1.
En ese marco, indicó: “No lo vemos rápido el acuerdo por la cantidad de cuestiones y detalles que hay que negociar”.
Anticipó que se va a “generar un debate amplio que va a llevar tiempo”, porque se va a “discutir cada detalle sobre la base de la prudencia y la responsabilidad, y sobre los objetivos de generar más trabajo, más exportaciones y una economía más tranquila”.
“Va a llevar meses, es posible que recién a principios del año que viene se pueda llegar a un acuerdo”, indicó Guzmán.
El titular del Palacio de Hacienda no descartó que el FMI pueda poner algún tipo de condición a la negociación de la deuda con ese organismo, como un ajuste fiscal, una flexibilización laboral o una reforma previsional, pero aseguró que no aceptará “nada que vaya en contra del desarrollo de la Argentina”.
“Seguramente habrá intereses (del Fondo) que se van a ver manifestados en las negociaciones. Pueden empezar a aparecer distintos tipos de pedidos. Uno nunca tiene que descartar que ese tipo de pedidos puedan empezar a manifestarse”, reconoció Guzmán, en alusión a las leyes ya reclamadas por el organismo en otras oportunidades.
De todos modos, remarcó: “No vamos a hacer nada que vaya en contra de lo que consideramos necesario para que haya un sendero de desarrollo inclusivo, virtuoso y estable para la Argentina”.
Recordó que “el programa que firmó el gobierno anterior con el FMI se basó en un combo de contracción fiscal y monetaria en un momento de recesión”, y destacó que “los resultados quedaron a la vista”.
Al respecto, puso de relieve que “todos los indicadores económicos y sociales se deterioraron, la vida de millones de personas se deterioró”, y añadió que “hubo una bruta devaluación (del tipo de cambio) con las consecuencias que tuvo para la inflación y el poder adquisitivo, la destrucción de empresas y empleos, y el aumento de la pobreza”.
Guzmán sostuvo que “lo que se hizo no difiere mucho de aquellos programas de fines de los ’90 que fracasaron en todo el mundo”.
Señaló que la deuda con el Fondo “son aproximadamente US$ 45.000 millones que tomó el gobierno previo bajo la expectativa de que esto iba a generar un shock de confianza e iba a bajar el costo al que la Argentina se endeudaba en los mercados financieros internacionales”.
También, indicó que la idea del macrismo era “poder pedir prestado a tasas más bajas y con eso poder pagar al FMI”, pero remarcó que eso “no pasó”.
“Ahora hay una montaña de vencimientos entre setiembre de 2021 y 2024 a los que no podemos hacer frente en las condiciones que está Argentina”, afirmó el ministro, quien puntualizó que “fue un crédito de tinte político, un apoyo manifestado en forma explícita al gobierno anterior, para que pueda ayudar a ganar las elecciones».
«Finalmente, la economía se desplomó y ahora nosotros buscamos resolver el problema”, agregó.