Contrariando la frase “lo peor ya pasó”, una de las muletillas preferidas del presidente Mauricio Macri para infundir confianza, varios informes privados alertan sobre fuertes señales de retroceso de la economía y pronostican un panorama más oscuro para los próximos meses. En líneas generales, coinciden en describir un cuadro de agotamiento de la actividad agudizado por la devaluación y el ajuste fiscal que el gobierno puso en marcha para cumplir el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
Uno de los sectores que más viene sufriendo en estos dos años es el manufacturero. En ese sentido, el índice de producción industrial (IPI) que elabora el estudio Orlando J. Ferreres mostró una caída de 3,3% en mayo con relación al mismo mes del año pasado, mientras que la comparación desestacionalizada con abril también arroja un retroceso de 0,8 por ciento. El informe hace hincapié en la declinación de la producción de aceites y fabricación de gaseosas, como también el freno del sector automotriz, que venía creciendo al 20% anual y en mayo sólo lo hizo al 3,5 por ciento.
Lo mismo ocurrió con la construcción: los insumos de minerales no metálicos bajaron por primera vez en los últimos 14 meses. «Las perspectivas no son especialmente alentadoras, sobre todo si consideramos la volatilidad de algunas variables macroeconómicas relevantes y las dudas que se están sembrando sobre la recuperación económica de Brasil», señaló la consultora.
En el gobierno saben que las luces amarillas están prendidas: «Este segundo semestre va a ser mucho más difícil. Vamos a tener que cuidar a las pymes. La crisis cambiaria que llevó a tomar medidas extremas como la suba de la tasa de interés genera estrés y algunos golpes», reconoció Dante Sica el jueves, al asumir como ministro de Producción.
Ventas en picada
El inevitable traslado a precios de la fortísima devaluación, que ya suma un 47% en el año (el dólar minorista cerró el viernes a $ 27,76), se hace sentir en el consumo privado, que en mayo apenas subió un 1,2% anual, según el Instituto de Trabajo y Economía (ITE). Es «el menor crecimiento en diez meses», advierte ese centro, que pronostica una situación similar en los próximos meses a causa de la suba del tipo de cambio y la inflación.
Números similares maneja CAME, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa, que sigue de cerca la evolución de las ventas minoristas. Según la entidad, durante el mes pasado, el retroceso de ese rubro fue del 4,8%, provocado por el desconcierto que causó la suba del dólar y el consecuente impacto en el poder adquisitivo de los compradores. Ni siquiera el Día del Padre ayudó al sector, ya que se vendió un 6,4% menos que en 2017, cuando ya se había sentido una declinación en comparación con otras temporadas. Tampoco sirvieron las promociones con descuentos: «Hubo casos donde las cantidades de despacho crecieron, pero en facturación se mantuvieron apenas por encima del año pasado», señalaron.
Los informes oficiales del Indec todavía no registran el fenómeno por la demora en su elaboración. La mayoría de sus datos se refieren a abril, cuando el dólar apenas pasaba de $ 20, aunque las ventas de ese mes en los shopping y supermercados ya mostraban una evolución de entre dos y seis puntos por debajo de los índices de inflación, lo que evidencia una retracción de la demanda en términos reales. Así las cosas, el crecimiento del 3,6% del PBI en el primer trimestre, difundido esta semana, siempre motorizado por la construcción que subió el 9,7%, bien podría ser el último de este año, aunque 2018 podría cerrar con signo positivo por una razón aritmética. «El PBI caerá en términos desestacionalizados en el segundo y tercer trimestre del año. El salto del tipo del cambio, que impulsó al alza la tasa de interés encareciendo al crédito, y la vuelta al FMI, que reducirá al gasto público, explicarán el freno de la economía en los próximos meses», avisa la consultora Ecolatina. «La actividad económica crecería menos del 1% interanual en 2018, impulsada sólo por el arrastre estadístico positivo que dejó 2017. Dicho de otro modo, no habrá crecimiento genuino», agrega. «