El valor de la Canasta Básica Total (CBT), que determina la «línea de pobreza», creció un 3,8% en septiembre, bastante por encima de la inflación general del mes, que se ubicó en el 2,8%. La diferencia, que sucede por primera vez desde enero, vuelve a poner sobre el tapete la situación de los ingresos de los sectores más vulnerables, golpeados por la carestía.
El dato lo dio a conocer el Indec este martes. El organismo estadístico indicó que una familia de cuatro integrantes necesitó $ 47.216 para no ser considerada pobre frente a los $ 45.478 que precisaba en agosto.
El Indec también informó que la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que mide la «línea de indigencia», se incrementó en un 3,4% en septiembre. Así, la misma familia de cuatro miembros necesitó $ 19.430 para no ser considerada indigente.
Cabe tener en cuenta que en la metodología del Indec, los productos que conforman la CBT y CBA también integran el universo que releva todos los meses para establecer el Índice de Precios al Consumidor. La diferencia está en el hábito de consumo y en que se toman en cuenta solo la cantidad de calorías imprescindibles para desarrollar una actividad moderada.
En este sentido, siempre es preocupante que la suba de los precios de los alimentos, bebidas y vegetales frescos supere al de la inflación en general porque eso quiere decir que más personas caerán en la pobreza y verán mayores dificultades para adquirir esa dieta imprescindible que les permite trabajar o estudiar.
El alza de los precios de los alimentos y bebidas puede ser contrarrestada por un alza de los ingresos de las personas que integran los segmentos de ingresos bajos. Sin embargo, los aumentos realizados suelen estar muy lejos de alcanzar el alza de precios. El caso del salario mínimo es ejemplificador: en septiembre de 2018, un salario mínio equivalía al 47% de la Canasta Básica Total. Un año después, esa cobertura había bajado al 44,9%. Pero el derrumbe fue mayúsculo en septiembre pasado, cuando ese porcentaje fue del 35%. Pesó la falta de recomposición del salario mínimo en el año previo, una responsabilidad compartida de los gobiernos de Mauricio Macri y Alberto Fernández.
La reciente recomposición del salario mínimo recuperará sólo parcialmente el retroceso ya que en marzo de 2021, cuando culmine el aumento escalonado oficializado este martes, equivaldría al 45% de la canasta total si el valor de ésta se mantuviera estable en los próximos seis meses, cosa que no va a ocurrir. Si la canasta total sube un 15% en el próximo semestre, la cobertura del salario mínimo caerá al 40 por ciento.
Del salario mínimo depende el valor de los planes sociales y el básico de convenio docente a nivel nacional.