Banalizar es convertir en algo trivial o insustancial a una cosa que en principio no lo es. La Expo Empleo Joven que tuvo lugar esta semana en La Rural es un claro ejemplo. Más de 200 empresas sacaron del cajón todo el merchandising y colocaron los stands en la fastuosa sala. Sus representantes vestían impecables uniformes y tenían pequeños discursos bien estudiados. Entregaban folletos y cargaban datos con la sonrisa inmutable. El stand más grande, ubicado en el centro de la escena, era el del Gobierno de la Ciudad.
Afuera, el frío apretaba. La cola fue interminable en ambos días. El número oficial de visitantes fue 150 mil, aunque algunos medios especularon con 300 mil. Todos chicos que fueron con la esperanza de conseguir un laburo y la enorme mayoría se fue con el desencanto de sentirse estafado.
«Hemos superado las expectativas», anunció con orgullo Fabián Pereyra, director del evento. «Hay 11 mil puestos de trabajo. El año pasado, de 3 mil, se concretaron 1575. Este año, esperamos superar ese 50%.» Stop. Con los números oficiales, tenemos 150 mil personas para repartir en 6500 puestos, si continúa ese 50%, u 11 mil, en el mejor de los casos. Esto significa que apenas un 4% se iría con trabajo o un 7%, con viento a favor. Si los visitantes fueron 300 mil, mejor ni hacer las cuentas.
«Es un circo armado para que las empresas se muestren. La idea es buena, pero parece estar hecha para otra cosa. Nadie te da mucha bola. Te dan una tarjeta y te dicen que cargues tu CV por internet. Entonces, ¿para qué vine?», se preguntó Ramiro, de 21 años, estudiante de ingeniería. «Me voy con la sensación de haber tirado el CV a la basura», contó Darío, de 22 años. «Reúnen a todas las empresas en una bolsa de trabajo organizada. Uno viene con otra expectativa, pero cuando ves tanta gente ya sabés que algo anda mal. Es como dejar el CV desde tu casa, aunque supongo que te darán un poco más de bola», apuntó Germán, técnico en artes audiovisuales.
Sin quejas y con mucho entusiasmo se mostró el gerente de Recursos Humanos de McDonalds Sergio Pivetti, quien atendió a Tiempo antes de dar una charla. «Para nosotros, es clave participar en este tipo de eventos. Contratamos 500 personas por mes. Muchos de ellos van a salir de acá. Sobre todo, ahora en invierno que vienen las vacaciones». La empresa buscaba chicos «entre 16 y 24 años, que preferentemente estén estudiando». Los ponían en fila y les pedían DNI. «No nos pusieron ninguna restricción», dijo Pivetti, en relación con las conversaciones con el Gobierno. Pivetti tiene 45 años y trabaja en McDonalds desde los 17. «Brindamos la posibilidad de trabajar en horarios flexibles y part time, que te da tiempo para estudiar, lo cual no ocurre casi en ninguna empresa». Santilli, Triaca, Stanley y el propio Macri se presentaron y mostraron muy conformes frente a las cámaras.
Los empresarios y los políticos quedaron encantados. Los chicos que fueron a buscar laburo se fueron disgustados y sin demasiadas expectativas. «