La consultora Economía & Regiones, fundada en 2000 por el actual Ministro del Interior, Rogelio Frigerio, emitió un informe de coyuntura macroeconómica en el que asegura que la desvalorización del dólar que se ha producido desde la devaluación de diciembre a esta parte se profundizará a partir de la persistencia de la inflación y de la tendencia a la estabilidad de la moneda norteamericana.
La consultora hoy se encuentra a bajo la presidencia de la licenciada en Economía Verónica Sosa desde que, en 2011, Frigerio asumió cargos legislativos.
El informe pronostica que la inflación le seguirá ganando a la apreciación nominal del dólar». De este modo, los técnicos de E&R aseguran que si el gobierno no corrige los problemas de fondo la macroeconomía acudirá a la devaluación como válvula de escape».
En rigor, según la consultora CESO, basada en datos de INDEC, IPC Provincias, BCRA, FMI y Eurostat, el tipo de cambio multilateral todavía ubicaba en junio a la Argentina un 11,4% más barata que en el mismo mes de 2015.
Esa salida, asegura E&R es pan para hoy y hambre para mañana y no es otra cosa que «lo que aconteció a comienzos de 2014 y 2016: una corrección de corto plazo.
De este modo la consultora resalta que «el punto a considerar es que si no baja la relación entre el gasto público y Producto Bruto Interno (PBI), la presión fiscal récord, la inflación, el riesgo país y el costo de financiamiento, es decir continúan las malas políticas, la apreciación cambiaria terminaría nuevamente ahogando al sector real de la economía».
En consecuencia, insistió en que «sin correcciones de fondo, es decir sin bajar el ratio gasto público/PBI, la presión tributaria, la inflación a un dígito y el costo de capital a la mitad, la devaluación será inexorablemente seguida por aceleración inflacionaria; y el dólar se volverá a abaratar rápidamente».
Con todo, la receta sugerida por los técnicos es de neto corte ortodoxo y monetarista ya que, para detener la inflación y estabilizar el valor relativo de la divisa, recomiendan, entre otras medidas, la reducción del gasto público (jaqueado por el rechazo al tarifazo) para deprimir la demanda y exenciones impositivas a las empresas para promover la inversión.
Por eso, rematan, «en definitiva, lo que se haga en materia de política fiscal y monetaria es trascendental para la cotización del dólar».