En particular paramos por la cantidad de despidos que venimos sufriendo desde hace dos años. En 2018 los despedidos fueron de las empresas Bunge y Cargill, a la par en Molinos Río de la Plata tuvimos retiros voluntarios, y este año sufrimos el cierre de Cofco, en Valentín Alsina, donde quedaron en la calle 200 trabajadores con sus familias. Por estos días afrontamos los despidos de Dánica en Lavallol y Villa Mercedes, San Luis, que afectan a 60 trabajadores.
Pero también estamos bajo los efectos de todo lo que viene pasando en el país, el tarifazo, la hiperinflación que rompe el poder adquisitivo del salario, el techo de las paritarias y la persecución de los dirigentes que luchan.
Motivos tenemos de sobra. El gobierno no hizo nada de lo que prometió en 2015 y en 2017. El caso más claro es el Impuesto a las Ganancias que hoy pagan más trabajadores que antes de que asumiera Cambiemos. Son muchos los condimentos que hacen que no solo los ocupados estén en la pobreza sino que cada vez haya más desocupados.
Este fin de semana recibimos presiones desde el Ministerio de Trabajo que nos anticipó que llamaría a la conciliación obligatoria. Todavía no llegó pero en este momento (lunes por la tarde) tengo la confirmación de que 40 organizaciones ya recibieron intimaciones que son una vergüenza total porque denotan que este gobierno ni siquiera reconoce el derecho a huelga.
Los aceiteros vamos a movilizar a Plaza de Mayo a las 13 con mucha gente del interior del país. Nuestra expectativa es que la adhesión será del 100%.