Argentina recibirá el 23 de agosto alrededor de U$S 4.350 millones en forma de derechos especiales de giro (DEG), la unidad de cuenta del Fondo Monetario Internacional. La noticia, que era esperada por las autoridades, quedó confirmada este lunes cuando el organismo anunció que su Junta de Gobernadores aprobó la asignación especial. El monto, que surge de la parte proporcional a la cuota de capital que el país tiene integrado en la institución, será acreditado en el Banco Central.
Pero además el país quedó a las puertas de obtener un monto adicional a determinar, ya que el Fondo se comprometió a buscar alguna manera para que los gobiernos más solventes deriven esos nuevos DEG hacia los más necesitados. “Seguiremos trabajando activamente con los países a fin de identificar opciones viables que permitan canalizar voluntariamente DEG de los países miembros más ricos a los más pobres y vulnerables, para apoyar su recuperación de la pandemia y para que logren un crecimiento resiliente y sostenible”, dijo la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, a través de un comunicado emitido en Washington. “Aproximadamente U$S 275.000 millones de la nueva asignación se destinará a países de mercados emergentes y en desarrollo”, es la estimación oficial.
La instauración de ese mecanismo había sido una de las posturas que había planteado el ministro de Economía, Martín Guzmán, en la última reunión de líderes de finanzas del G-20, como también en sus últimas reuniones bilaterales con funcionarios europeos y estadounidenses. La otra propuesta, la de eliminar las sobretasas y recargos a los países con los que el Fondo tiene una elevada exposición crediticia, será tratada por el directorio de la entidad en octubre.
La asignación de DEG, la mayor de la historia, tiene por objeto incrementar la liquidez internacional para sacar a la economía global del letargo en que quedó sumida a consecuencia del coronavirus. El antecedente más cercano fue la crisis financiera de 2009, cuando se produjo una distribución extraordinaria por alrededor de U$S 260 mil millones.
El camino que abrió Georgieva tiene por destino determinar cuál es la mejor manera de derivar los DEG y quiénes podrían recibirlos. Los acuerdos bilaterales entre países (como por ejemplo el swap o intercambio de monedas vigente entre Argentina y China para incrementar sus respectivas reservas internacionales) podrían desatar conflictos geopolíticos imprevisibles, a partir del mercado de influencias que se abriría. El Fondo, como buen defensor del statu quo internacional, quiere evitar sorpresas en ese sentido.
Por eso la posición del FMI es abrir un Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad, al estilo del que ya existe para los países más vulnerables, que entregue líneas de crédito sumamente blandas. El gran interrogante es cuáles son las naciones que podrían calificar para recibir esa ayuda. La cuestión desvela al Palacio de Hacienda. Si se consideran los criterios más habituales, como PBI total y per cápita, Argentina no está entre los más necesitados; pero hoy por hoy el país es el máximo deudor del Fondo y ese pasivo de más de U$S 44 mil millones genera una restricción externa que lo deja en una situación de vulnerabilidad extrema, como lo demuestra la historia reciente.
El tema se vincula de manera directa con la refinanciación de esa deuda. Este lunes el gobierno giró U$S 345 millones en concepto de intereses trimestrales. Los dos primeros pagos de capital de cerca de U$S 1.900 millones, que deben afrontarse en septiembre y diciembre, podrían ser cubiertos con los DEG que distribuirá el Fondo. ¿Y después?
«La Argentina no tiene la capacidad de pago para hacer frente a la deuda con el Fondo Monetario Internacional, por eso necesita más tiempo para negociar. La prioridad es obtener un buen acuerdo y evitar cualquier situación disruptiva”, dijo Guzmán el último domingo en un reportaje televisivo. La posibilidad de obtener una mayor cantidad de DEG y la apertura de líneas de asistencia crediticia más favorables forman parte, ineludiblemente, del menú de opciones en juego.