El gobierno anunció que inició el proceso administrativo para pagar los intereses semestrales correspondientes a los bonos soberanos en moneda extranjera. El monto aproximado que se pagará a los bonistas es de U$S 982 millones.
La confirmación fue brindada por el secretario de Finanzas, Eduardo Setti. “Conforme el cronograma habitual, estaremos realizando el pago de cupones de los títulos denominados y pagaderos en moneda extranjera. De esta forma, reafirmamos una vez más nuestro compromiso con el pago de las obligaciones de la deuda pública y la gestión de una estrategia financiera que permite dar tranquilidad y certidumbre a los mercados”, informó el funcionario a través de sus redes sociales.
Para ello ya se hizo la comunicación oficial correspondiente a través de la plataforma electrónica de BYMA (Bolsas y Mercados Argentinos) donde se informan los hechos relevantes de cada bono. Los títulos sobre los que se cursarán los pagos son los Globales (bajo legislación extranjera) y Bonares (ley argentina) con vencimientos en 2029, 2030, 2035, 2038, 2041 y 2046.
Cada uno de esos títulos genera intereses que se liquidan de manera semestral, el 9 de enero y 9 de julio de cada año. La tasa es creciente con el tiempo y depende de cada bono: mientras los GD30 entregan por ahora un 0,5% anual, los GD38 (para el cual los tenedores deben esperar mucho más tiempo a recuperar el capital) rinden el 3,87% anual.
Conforme el cronograma habitual, estaremos realizando el pago de cupones de los títulos denominados y pagaderos en moneda extranjera.
— Eduardo Setti (@EduardoSettiOk) July 4, 2023
Por esa razón, de acuerdo al cálculo realizado por el economista Salvador Vitelli, los bonos GD38 y GD41 serán los que más intereses acumulados generarán, alrededor de U$S 200 millones cada uno. En cambio, el GD30 y el AL 30, paradójicamente los más comerciados porque se usan para la operatoria de contado con liquidación, sólo causarán erogaciones por unos U$S 50 millones.
Si bien el gobierno respondió a sus obligaciones como muestra de respeto y para generar confianza entre los inversores, como lo transmitió el mensaje de Setti, el pago “cash” genera dificultades adicionales en momentos en que la disponibilidad de divisas decae abruptamente. Según el Banco Central, las reservas internacionales cayeron hasta U$S 27.904 millones, tanto por la utilización del swap con China para pagar importaciones de ese país como por el reciente pago de U$S 2.700 millones al Fondo Monetario Internacional.
Sin embargo, si se consideran algunas restricciones para su uso, entre ellas los encajes de los depósitos en dólares en el sistema bancario local (los “argendólares”) más la parte del swap que todavía no fue declarada de libre disponibilidad, las reservas netas son negativas en unos U$S 5.000 millones, según estiman consultores privados. Ese es el monto en que está sobregirado el Banco Central.
Por esa razón, una delegación encabezada por el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, y el jefe de asesores de ese Ministerio, Leonardo Madcur, viajó a Washington para agilizar las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional. La intención es destrabar el desembolso de U$S 4.000 millones, que el organismo debería haber efectivizado a mediados del mes pasado y retuvo por el incumplimiento de las metas en materia fiscal y monetaria prometidas por el gobierno.
Los enviados también buscan que el FMI acceda a adelantar dinero a cuenta de las próximas cuotas. La aspiración de máxima es cambiar las exigentes metas pactadas en materia fiscal y de acumulación de divisas, cuando nada hacía prever la fuerte sequía y el derrumbe de las exportaciones agrícolas, que dejó al gobierno sin su principal fuente de dólares.
Todo eso se está negociando por estas horas y si las conversaciones llegan a buen puerto, no se descarta un viaje del ministro de Economía, Sergio Massa, para reunirse con las máximas autoridades del organismo y ponerle la rúbrica final a las modificaciones del acuerdo.