La balanza comercial arrojó en junio un superávit de U$S 1.484 millones tras registrarse exportaciones por U$S 4.786 millones e importaciones por otros U$S 3.302 millones, señaló el INDEC a través del informe Intercambio Comercial Argentino (ICA).
En el primer semestre el superávit comercial fue de U$S 8.097 millones, con un aumento del 44,8% respecto a igual tramo de 2019 (US$ 5.589). En ese período las exportaciones cayeron el 11% y las importaciones lo hicieron otro 23,3%.
Los datos están en sintonía con el impacto que produjo la pandemia de Covid-19: según la Organización Mundial de Comercio (OMC), las transacciones globales de bienes y servicios cayeron un 18,5% en el segundo trimestre del año. Además pintan el pronóstico para lo que resta del año. En la Argentina, los empresarios aventuran que los primeros indicios de recuperación se verán recién a mediados de 2021.
En el sexto mes del año el país exportó por U$S 453 millones menos que en igual mes de 2019, lo que equivale a una caída interanual del 8,6 por ciento. La dinámica de las exportaciones se explica fundamentalmente por las ventas de productos agroindustriales y agropecuarios (el 77% del total) con poco agregado de valor como harina y derivados de la soja, maíz en grano, porotos de soja, aceite de soja y carne bovina.
En tanto, las ventas al mundo de manufacturas industriales cayeron el 45,9% en junio por el bajón de los pedidos mundiales. Las exportaciones de la industria automotriz se recortaron particularmente con un 64,5% negativo. También fue fuerte la desaceleración de los combustibles, con un -27 por ciento.
Las importaciones de junio fueron U$S 869 millones menos, lo que se traduce en un retroceso del 20,8% en relación con junio del año pasado. Las compras al exterior del sexto mes del año estuvieron dominadas por porotos de soja para siembra, gas natural gaseoso y licuado, vehículos para transporte, entre otros. Los bienes de capital, que se utilizan para producir y generar valor cayeron un 26,8% y encadenaron el vigésimo sexto mes consecutivo a la baja. Otra contracción significativa fue la de importaciones de vehículos, que fue de -53,8% en el contexto de una demanda totalmente frenada por la caída de los ingresos y la falta de crédito.
El principal socio comercial volvió a ser China, por delante de Brasil y los Estados Unidos. El país le vendió al gigante asiático por U$S 666 millones e importó desde ese destino por U$S 692 millones, con un saldo deficitario de 26 millones de dólares. El déficit comercial con Brasil fue de U$S 121 millones y con Estados Unidos de otros 31 millones de dólares.