En el mes que está finalizando, el Tesoro Nacional emitió tres bonos, los Bonar 2025, Bonar 2037 y los CHF 2020 (este último en francos suizos), por un equivalente a 2167 millones de dólares. También durante abril, colocó Letes (Letras del Tesoro) por un equivalente a U$S 4472 millones. Esa fue la política que eligió el gobierno para solucionar sus desequilibrios y los números ya son significativos: la suma de las emisiones de bonos y letras realizadas por el gobierno nacional, las administraciones provinciales y los principales grupos empresarios en los últimos 16 meses alcanza los U$S 78.829 millones.
El detalle de la estadística, elaborada por el Observatorio de la Deuda Externa de la UMET (Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo), señala que el gobierno nacional fue el responsable del 77% de esos montos: desde el inicio de la gestión de Cambiemos tomó U$S 42.847 millones en moneda extranjera y $ 274.415 millones (el equivalente a U$S 18.084 millones) en el mercado local. Además, más de una decena de provincias (la última fue Tierra del Fuego, que este mes hizo su debut en estas prácticas) se comprometieron por un total de U$S 10.015 millones. En el sector privado, las emisiones corporativas en ese período sumaron U$S 7883 millones, a cargo de empresas de peso como YPF, IRSA, los bancos Hipotecario, Macro y Galicia, Arcor, Celulosa y Pampa Energía, entre otras.
El endeudamiento tiene múltiples lecturas. En el gobierno lo consideran como una muestra de que la Argentina recuperó la confianza de los mercados internacionales. Sin embargo, gran parte del dinero vuelve a esos mismos mercados en concepto de pagos de deudas anteriores. Otra parte es tomada por el propio gobierno para financiar el déficit fiscal, que el año pasado alcanzó el 4,6% del PBI. Según los números que esta semana dio a conocer el Ministerio de Finanzas, la deuda pública de nuestro país creció durante 2016 en casi U$S 35 mil millones y se ubicaba a fin de año en U$S 275.446 millones, sin contar los compromisos de las provincias ni del Banco Central.
Entran y se van
El informe de la UMET aporta otra visión: una fuerte correlación entre el endeudamiento y la fuga de capitales. Según el Banco Central, este rubro (que en sus balances se caratula como formación de activos externos) supera los U$S 16 mil millones desde diciembre de 2015. Para los autores del informe, la suma supera los U$S 44 mil millones, porque incluyen tambiénlas remesas de utilidades, los gastos en turismo y los intereses de la deuda. Tomándose de estos números, el Observatorio considera que existe un subsidio implícito a inversores y sectores de ingresos altos que destinan dólares baratos al turismo externo o directamente a la fuga de capitales, creando tensiones en todo el sistema económico.
Según el economista Arnaldo Bocco, director del Observatorio, «en un contexto de una economía estancada o con algún nivel de recesión, el gobierno no va a poder cerrar el déficit fiscal y va a seguir emitiendo deuda el año próximo. En la medida que la fuga continúe en estos niveles, es obvio que una vez más van a alcanzar cifras récord», dijo Bocco. «