El secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, analiza otorgar un aumento que rondaría el 5% para los productos incluidos en la lista de +Precios Cuidados en un intento por asegurar que las compañías que fabrican productos de consumo masivo, entre ellos, alimentos y artículos de tocador y limpieza, respeten el compromiso de abastecer los canales comerciales.
En Comercio Interior calcularon que el abastecimiento de Precios Cuidados cayó 10 puntos porcentuales, de su techo histórico del 75% a un 65% en la actualidad.
El programa +Precios Cuidados tenía pautados aumentos para abril, mayo y junio del 2,8% promedio, pero los faltantes que se registraron forzaron a renegociar un nuevo margen de rentabilidad para las fábricas y para los comercios.
Fuentes con conocimiento del tema dijeron a Tiempo que el incremento podría ser del 5% «o un poco menos», con lo que las empresas duplicarían lo que habían negociado antes de la aplicación de la última etapa del programa actualmente vigente.
La condición para el aumento, aclararon las fuentes, es el abastecimiento pleno y la negociación con números sobre la mesa de todos los precios de los productos que están por fuera de Precios Cuidados. En esos casos, Feletti propuso un sendero de precio «previsible, con costos, con márgenes de ganancias, porque nadie termina de tener claro cuáles son los fundamentos de tantos aumentos».
En el diálogo con las autoridades, las empresas fabricantes de productos de primera necesidad y las grandes cadenas de supermercados se defienden con el argumento de que no hay desabastecimiento, sino que los precios consensuados están en un nivel marcadamente inferior al resto de la oferta y que por esa razón se venden más rápidamente que el resto.
Pero en Comercio Interior desmienten a las fábricas con información que aportan las cadenas de supermercados. Por ello, una tercera condición que puso Comercio Interior es que las fábricas brinden información fehaciente sobre lo que realmente entregan a los comercios.
Razones
A contrapelo de cierto discurso oficial que acusa a las empresas de aprovechar su posición dominante en el mercado, en Desarrollo Productivo, el ministerio que dirige Matías Kulfas y del cual depende Comercio Interior, descartan que el desabastecimiento se explique por razones especulativas o maniobras de las compañías. El primer factor que señalan es la guerra entre Rusia y Ucrania y todas sus reverberaciones en el plano de la economía mundial que se trasladan al comercio interno a través del encarecimiento de los insumos.
Pero no dejan de remarcar el fenómeno de la «rentabilidad cruzada» que ejecutan las empresas cuando mantienen estables los precios de referencia a la vez que aumentan los productos que están por fuera de esas nóminas, muchas veces sin sustento en los costos.
A pesar de esto, el devenir de la negociación llevó a las autoridades a una conclusión que algunas semanas atrás no era previsible. En pocas palabras, creen que les sirve generar una rentabilidad mayor a cambio del compromiso de abastecimiento pleno.
El argumento es que los precios se dispararon en todo el mundo y que no es racional aferrarse al aumento del 2,8 por ciento.
Juega Buenos Aires
Mientras se define el aumento, las empresas juegan con el perfil bajo. La última reunión con referentes del mercado fue el jueves pasado, cuando Feletti recibió a una comisión láctea integrada por Sancor, Mastellone, Milkaut, Saputo, la asociación pymes del sector Apymel y el Centro de la Industria Lechera (CIL).
Una integrante de esta última, Mastellone, recibió una intimación del gobierno de la provincia de Buenos Aires. La autoridad local, a través del Ministerio de Producción, y de la agencia fiscal ARBA, le solicitó datos sobre costos, precios, producción y ventas, en forma paralela a las negociaciones que realiza a nivel nacional la Secretaría de Comercio Interior.
El mismo pedido le llegó a Molinos Río de la Plata, otra de las compañías con fuerte presencia en el programa Precios Cuidados.
Esta semana se supo que la inflación de abril fue del 6%, por encima de lo que esperaban las autoridades, con sensible influencia de la industria textil y de la hotelería, uno de los sectores que más ayuda recibió durante la pandemia de Covid-19, no solo con pagos de salarios por parte del Estado nacional sino con un programa como PreViaje.
La última medición disparó también la expectativa de los analistas, que pasaron de proyectar una inflación anual del 60% a una del 65% en pocos días. Esta semana empezaron a hablar de un promedio final superior al 70%. La carrera de los precios se ha acelerado. «