El salto del último período se explica por un fuerte componente de asalariados por cuenta propia o pequeños comerciantes informales que no estaban en esa situación. El 80% de la pobreza lo constituyen los sectores informales, es el sector que más creció. Eso no significa que no haya habido segmentos formales que cayeron en la pobreza, pero fue más por la caída de las horas de trabajo y el desempleo que por el salario.
El sector formal de la economía se ha protegido por el impacto que tuvo la elevación del mínimo imponible para las asignaciones familiares. Entraron 1,2 millones de niños a cobrar salario familiar que se volcaron a las categorías más bajas del sector formal. Las paritarias y el aumento del salario mínimo dieron cierta protección, aunque siguen siendo un número importante. La base del sector formal asalariado sí queda debajo de la línea de pobreza, pero no es la mayoría.
No es tanto por la evolución de los salarios sino por el desempleo que cayeron en la pobreza, por ejemplo, en la construcción o los metalúrgicos. Los volúmenes más importantes fueron los asalariados de microempresas que vieron una reducción de horas de trabajo y de ingresos, y porque los patrones no adecuaron sus salarios a las normas correspondientes. Muchas veces pagan el salario mínimo.
Estamos en un cuadro recesivo, pero vienen los aumentos de jubilaciones, pensiones, y la AUH y entran más aumentos por paritarias. Eso va a estimular el consumo. Va a frenarse el aumento de la pobreza y puede bajar uno o dos puntos pero va a quedar un piso fuerte, porque las propuestas económicas que se están haciendo no van a garantizar que lleguen inversiones a la pequeña y mediana empresa. Si hubiera un proceso de reactivación pero con bajo estímulo al consumo, volveríamos a la situación de 2006 y 2007 con los Kirchner cuando el Indec fijaba la pobreza en 26 o 27% y que marcaba un piso que sugería que habíamos logrado mayores niveles de inversión con una tasa de desempleo baja. Este gobierno podría llegar a eso en los próximos dos años pero sin llegar a los niveles de 2011 que se planteó en un contexto de baja inversión y alta inflación, y por lo tanto no sustentable. En el actual contexto, estar registrado, más allá de lo salarial, garantiza un conjunto de protecciones. Desde el salario familiar hasta el seguro de desempleo que aumentó sensiblemente. También el acceso a las horas extras que en un contexto de reactivación pueden ser una variante para salir de la pobreza, porque lo más probable es que las empresas antes de tomar gente empiecen demandando más horas. Lo difícil es que se logre un aumento del empleo pleno, decente y formal en forma tan fácil.