Aunque la sensación es exactamente la opuesta, el Producto Bruto Interno creció durante el segundo trimestre de este año. Lo hizo en un módico 0,6% en comparación con la misma época del año anterior. El dato es oficial y fue divulgado por el Indec.
El informe del organismo señala que las exportaciones de bienes y servicios, que subieron 15% interanual, fueron la locomotora del crecimiento, compensando la drástica reducción de la inversión (-18%) y el consumo privado (-7,7%). A nivel sectorial, el de agricultura, ganadería, caza y pesca fue el que más se destacó (+46%), aprovechando la muy baja base de comparación por la fuerte sequía del año pasado. Otros diez de los 16 sectores medidos tuvieron evolución negativa.
Se trata del primer rebote de la economía después de cuatro trimestres consecutivos de caída. Sin embargo, el contexto no alcanza para afirmar que se haya terminado la recesión. En primer lugar, porque la medición desestacionalizada arrojó una merma de 0,3% con relación a primer trimestre del año. Por otro lado, la comparación se realiza sobre una escuálida base: entre marzo y junio de 2018 se produjo el comienzo del vendaval cambiario que derrumbó la actividad y que el gobierno intentó resolver arrojándose en los brazos del Fondo Monetario. Por eso, en la comparación integral de semestre contra semestre, la caída del PBI es de 2,5%.
Además, la inevitable demora en el procesamiento de los datos hizo que los números quedaran desactualizados por completo. En las vertiginosas últimas seis semanas el oficialismo perdió por paliza en las elecciones primarias, el dólar subió 30%, se volvió a disparar la inflación (la mayorista de agosto fue de 11,2%), el FMI retaceó la ayuda prometida, el gobierno defaulteó las letras de corto plazo y puso un cepo a la compra de divisas.
Con esos elementos sobre la mesa, todos los pronósticos para el futuro inmediato son pesimistas. El gobierno reconoció en el proyecto de Presupuesto que estima una caída del PBI de 2,6% para este año, aunque es optimista para el que viene: cree que la actividad se recuperará en 1%. En cambio, el relevamiento hecho por el Banco Central entre analistas y centros de estudio registró un doble descenso de 2,5% este año y de 1,1% en 2020.. Este jueves, en el marco de una revisión hacia la baja en el ámbito mundial, la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) fue aún más pesimista en relación a la Argentina: pronosticó que este año el PBI caerá 2,7% y que el año que viene bajará otro 1,8%.