Las expectativas sobre la marcha de la economía se hicieron más pesimistas durante el mes de septiembre. Se espera un agravamiento de la recesión, un mayor nivel de inflación y un dólar más caro para lo que queda de 2018. Es el dato que se desprende del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), el estudio que todos los meses hace el Banco Central. De la encuesta participaron 46 consultoras, centros de investigación y entidades financieras, incluidos algunos analistas del exterior.
En materia de precios, se aguarda una inflación de 44,8% para todo el año y 27% para 2019. Esos valores superan en 4,5 y 1,7 puntos porcentuales, respectivamente, los que surgían de la encuesta anterior. También es fuerte el retroceso calculado en el nivel de actividad. La nueva previsión es que el PBI retrocederá 2,5% este año (antes se aguardaba sólo 1,9%), mientras que la recuperación de medio punto esperada para la próximo año se convirtió en otro descenso de 0,5%.
Los números surgen de la mediana (el término ubicado en el centro de una escala ordenada de mayor a menor) de todas las respuestas entregadas. En líneas generales, el relevamiento (considerado por el Central como un termómetro del mercado) siempre dio pronósticos a tono con la realidad pero muy por encima de las metas de inflación que se fijaba la entidad. El desfasaje con las intenciones oficiales era tan notorio que el nuevo titular del BCRA, Guido Sandleris, prefirió eliminarlas y concentrarse en el control de la masa monetaria en circulación.
La buena para Sandleris es que los participantes del estudio le dieron la derecha en cuanto al manejo del tipo de cambio. Para diciembre se espera que el dólar se cotice a $ 43, cifra que si bien supera en casi 3% la pronosticada el mes pasado, está por debajo del tope de no intervención que se fijó el organismo. También dan por cierto que el gobierno cumplirá con su promesa de déficit cero y que logrará el equilibrio fiscal en el próximo ejercicio. En tanto, la expectativa es que los tipos de interés seguirán siendo elevados en términos reales. La tasa esperada para diciembre es de 60% y la de fines de 2019 se ubica en 35%, números que (de cumplirse) seguirán complicando el financiamiento de los proyectos de inversión y de las empresas en general.