Los precios al consumidor aumentaron en febrero un 2,4%, según el índice nacional que elabora el Indec. De esta manera se ratifica el quiebre de tendencia y el nuevo impulso que tomó la inflación, ya que el acumulado de los últimos 12 meses volvió a subir por segundo mes consecutivo y trepó a 25,4%, cuatro décimas más que el que se había registrado en enero. El dato oficial desmiente al jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien unas horas antes había dicho en su informe al Congreso que «la inflación está bajando».
Según el desagregado que proporcionó este miércoles el organismo estadístico, los tarifazos de transporte y servicios públicos tuvieron mucho que ver en el índice final, ya que los parciales más significativos fueron en los rubros Comunicación (9,1%),Transporte (4,5%) y Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (3,8%). Este último acumula un 52,5% interanual, productos de los reiterados aumentos que impactan en la boleta final que reciben los clientes. Esos factores arrastraron a los demás precios: el IPC Núcleo, que mide los bienes y servicios que no son estacionales ni tienen tarifas reguladas, creció 2,1%. Alimentos y Bebidas, el rubro que tiene mayor peso en la canasta de las familias, subió en febrero 2,2%.
Aunque elevado, el número no sorprendió. De hecho, unas horas antes, la Dirección General de Estadística y Censos del gobierno porteño había difundido su propio cálculo de inflación minorista: 2,6% para la Ciudad de Buenos Aires, con una variación interanual de 26,3%.
El acumulado del bimestre enero-febrero da una suba en el índice de 4,2%. A este ritmo, apunta a agotar en poco más de un semestre la totalidad de la pauta de 15% que el gobierno se fijó para este año y que intenta trasladar a las paritarias: los gremios más numerosos están acordando ese porcentaje para ajustar los salarios de sus representados y la pelea pasa por ver si se aplica una cláusula gatillo en caso de superar ese tope, algo que el mercado descuenta que sucederá. El habitual relevamiento de expectativas de mercado que realiza el Banco Central registró un pronóstico por parte de los principales bancos, consultoras y analistas económicos de 19,9% para todo el año.
Las cifras hacen recrudecer la intriga de qué sucederá con el tipo de cambio. En los últimos meses el dólar despertó de su letargo y subió 16% desde octubre. La semana pasada el Banco Central se decidió a intervenir en el mercado y vendió U$S 500 millones para que la cotización no llegara a los $ 21. El temor de las autoridades es el pass-through, el traslado a los precios de los bienes del alza que sufre la divisa, fenómeno que alimentaría aún más la inflación y crearía un círculo vicioso de difícil salida.