La decisión del gobierno de emitir deuda con una cláusula gatillo que implica la posibilidad de que la inflación de este año sea de hasta el 18,75% terminó por sepultar la pretensión oficial de que la suba del costo de vida alcanzaría el 15%. A pesar de ello, las autoridades de la administración macrista insisten en imponer en las paritarias acuerdos salariales con incrementos del 15% sin cláusula gatillo o con la supuesta novedad de la cláusula de revisión, cuya historia práctica deja mucho que desear.
La semana que pasó, el Ministerio de Finanzas emitió un bono distinto a los que viene lanzando desde enero de 2016. El bono es en pesos y vence en un año. El dato es el interés que pagará. Ofrece dos opciones: o bien una tasa nominal anual del 22,5% o la inflación más 3,75%, lo que sea mayor.
La oferta implica que la inflación de este año podría llegar al 18,75%, toda vez que Finanzas estableció un techo de ganancias.
Entre los analistas se comentaba que esta toma de deuda era más barata que la que debe pagar el Banco Central por la emisión de Lebacs, cuya tasa de interés está en el 25,39% para títulos a 273 días.
Si el gobierno se financiara en el mercado local y no en dólares, el BCRA podría emitir cada vez menos Lebacs (ya que las usa para esterilizar los pesos que emite para comprar los dólares que toma el gobierno en forma de deuda) y en esa transformación bajaría la tasa de interés.
Claro que, al mismo tiempo, debería caer la inflación, lo que parece una misión imposible mientras siga la elevación de costos vía tarifas, devaluaciones bruscas y tasas de interés internas elevadas.
Con todo, el bono tenía tal anzuelo que fue sobrepedido por parte de los inversores, quienes duplicaron la oferta inicial del gobierno. De acuerdo con datos del mercado, los adquirientes del bono fueron fondos del exterior y las compañías aseguradoras. No hubo oferta para ahorristas minoristas.
«Hay dudas sobre la desinflación», señaló en forma irónica el economista Fernando Camusso en su cuenta de la red social Twitter, al opinar sobre la tasa del 3,75% por encima de la inflación.
El analista financiero Christian Buteler dijo: «Complicado lo del gobierno, de querer paritarias sin cláusula gatillo cuando para tomar deuda utiliza ese sistema».
Silvina Batakis, exministra de Economía de la provincia de Buenos Aires bajo el mandato de Daniel Scioli, aseguró que «la economía está indexada» ya que, por ejemplo, los combustibles tienen una cláusula gatillo por la evolución del precio del petróleo y la del dólar. Lo mismo sucede con las tarifas, especialmente con el precio del gas, que está dolarizado y por lo tanto tiene una cláusula gatillo que cubre su precio en caso de pérdida de valor del peso.
En ese escenario, el único precio de la economía sobre el cual el gobierno pone su lupa para impedir expectativas inflacionarias es el salario. El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, fue claro en ese sentido, al igual que el presidente Mauricio Macri, para quienes el ancla inflacionaria parece que debería ser el salario.
De allí el énfasis puesto por Dujovne para descartar la aplicación de cláusulas gatillo en las discusiones paritarias de este año y que, por el contrario, se impongan las cláusulas de revisión, que acumula fracasos en su aplicación en los últimos cuatro años.
La indexación de la economía está a la orden del día. La cobertura contra la devaluación o la inflación se expande cada vez más. «
El REM se quedó corto
El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que publica todos los meses el Banco Central, exhibe los pronósticos de una cincuentena de consultoras, universidades y otras instituciones sobre diversos aspectos, entre ellos el valor del dólar y la inflación.
Respecto de la divisa, su raid de los últimos dos meses, especialmente lo sucedido en la última semana, parece haber tomado por sorpresa a los participantes del REM.
Es que en el REM publicado el 2 de febrero, los consultados opinaron que recién en julio próximo el dólar cotizaría en 20,40 pesos, un valor que sobrepasó el viernes 9, aunque la intervención del Banco Nación, que vendió U$S 400 millones, logró retrotraer el precio a $ 20,36. El desfasaje se produjo a pesar de que los consultados habían elevado sus pronósticos respecto de lo dicho un mes antes.
¿Aguanta el mercado local?
La emisión del bono con cláusula gatillo entusiasmó al gobierno nacional, que prueba la posibilidad de que el mercado de capitales local en pesos reemplace al exterior en dólares en caso de que las condiciones financieras internacionales continúen su deterioro.
En el ambiente financiero se hicieron dos comentarios al respecto. El primero, que las próximas emisiones en pesos deberán contar con cláusulas similares (gatillo) como gancho para atraer a los capitales.
Lo segundo es que, si bien hay mucha liquidez en el sistema financiero, la aspiradora estatal entraría a competir con la demanda de fondos para créditos destinados a otros fines, como los hipotecarios UVA, una de las iniciativas que más promueve el gobierno. El de la Argentina no deja de ser un mercado chico, advierten.