Apurado por los vencimientos de deuda, el gobierno busca todos los bolsones de liquidez posibles para encontrar interesados en suscribir sus bonos de deuda y así llevar dinero fresco a la caja del Estado. Con ese objetivo, ideó una nueva estratagema de cara a la licitación de títulos que realizará este miércoles y la misma incluye a los importadores.
Entre el menú de instrumentos que ofrecerá a los inversores, la Secretaría de Finanzas puso sobre la mesa un bono dollar-linked (significa que su capital se ajustará de acuerdo a la cotización del dólar estadounidense) con vencimiento el 28 de abril próximo. La particularidad es que sólo podrá ser suscripto por firmas inscriptas como importadoras en los registros de la AFIP y de Aduana.
Para ello, cada entidad bancaria o financiera que reciba una orden para participar de la licitación deberá verificar que el oferente esté debidamente inscripto. El monto mínimo para participar es de 1.000 dólares. Con este instrumento se espera recaudar el equivalente a unos U$S 75 millones.
El bono forma parte del menú que también integran otros dos bonos dollar-linked, con vencimiento en abril y julio de 2023; una nueva emisión de Bonte 2027, en pesos, ajustado por tasa Badlar; y letras en pesos de corto plazo, con vencimiento en marzo y abril. Además, para los Fondos Comunes de Inversión habrá una ronda exclusiva en la que se podrán suscribir Letras de Liquidez del Tesoro (Lelites) a 14 días.
Según los analistas, el bono para importadores busca ofrecer una colocación a quienes tienen los pesos para cerrar su operación de compra en el exterior y están en lista de espera para acceder a los dólares que el Banco Central prorratea según el orden determinado por el SIRA (Sistema de Importaciones de la República Argentina). Esa demora en acceder a las divisas ya está afectando las cadenas de producción de varios sectores que no consiguen los insumos necesarios para sus procesos. Sin embargo, los pesos en danza pueden ser un salvavidas para las necesidades fiscales.
En el Palacio de Hacienda buscan asegurarse una buena recepción de ofertas para poder cubrir los abultados vencimientos de esta semana. Según los cálculos de la Oficina de Presupuesto del Congreso, las Lecer y Ledes a cancelar este viernes totalizan unos $ 353 mil millones.
El problema es que en las últimas licitaciones los mercados vienen siendo esquivos. La anterior tuvo un rollover (grado de refinanciación con relación al total de vencimientos) del 83%, lo que significa que el gobierno no pudo obtener todo el dinero que precisaba para cancelar sus obligaciones. En el equipo económico cree que quienes no renovaron son empresas que necesitan efectivo para pagar sus compromisos de fin de año y que derivaron ese dinero a fondos comunes, donde la liquidez es casi inmediata. Por eso se decidió reabrir la Lelites que vence el 30 de diciembre y capturar esos montos, al menos por dos semanas.