El gobierno ratifica la maniobra electoral de postergar tarifazos, al presionar a la industria petrolera para no subir los precios de los combustibles en los primeros días de octubre.

Dos matutinos publicaron artículos en los cuales confirman el accionar del gobierno, anticipado por Tiempo en la edición del último domingo. «Si las empresas quieren que siga esta política económica y este rumbo en la economía, pueden postergar un aumento por un mes», dijo una fuente anónima del ejecutivo a Clarín. «A todos les conviene que se mantenga este rumbo económico. No creo que se quieran pegar un tiro en el pie», dijo a El Cronista otro funcionario que no fue citado.

El gobierno tiene con la industria petrolera un acuerdo a partir del cual se actualiza el precio de combustibles de manera trimestral, hasta 2018, cuando el mercado comenzará a regir ese valor. El precio del dólar, el valor del crudo y otras variables entran en juego a la hora de evaluar si la tarifa debe subir o bajar. En enero, subió un 8%; en abril, bajó un 0,1%; en julio, volvió a subir en un 7%. La próxima (y última) actualización está prevista para el 1 de octubre. Si se tiene en cuenta la disparada del dólar, es muy posible que el resultado sea un nuevo aumento. Sin embargo, el gobierno espera que las empresas se guarden la carta para después de las elecciones de octubre.

El aumento de julio ya le había caído mal al gobierno. Con la cabeza en la meta de inflación de entre 12 y 17%, el ejecutivo esperaba que la suba sea menor –casi la mitad-. Pero las empresas le jugaron una mala pasada. Ahora, puso el tema de relieve antes de recibir una nueva sorpresa.