El gobierno concretó un pago de U$S 2600 millones al Fondo Monetario Internacional para cancelar los vencimientos con ese organismo correspondientes a octubre. Se trata de tres cuotas que vencían los días 8, 15 y 28 y que, haciendo uso de una prerrogativa administrativa, fueron consolidados en un solo pago el último día hábil del mes.
Las cuotas corresponden a la devolución préstamo stand by otorgado por la entidad al gobierno de Mauricio Macri, en 2018. En lo hechos, el crédito fue refinanciado a través de un nuevo acuerdo por el cual el Fondo cada trimestre gira dinero por adelantado para que Argentina cancele las obligaciones de ese período. Las nuevas partidas deberán ser devueltas una vez transcurridos cuatro años desde su desembolso.
A pesar de esa facilidad, el descalce entre la fecha de ingresos y egresos, sumado a cierta demora que tuvo el FMI en concretar desembolsos anteriores, provocaron que para concretar el pago no fueran suficientes los derechos de giro (DEG, la moneda virtual del organismo) en poder del Banco Central. Por lo tanto, se devolvieron en esa especie alrededor de U$S 1.800 millones y el resto fue abonado en yuanes, correspondientes al intercambio de monedas o “swap” celebrado con el Banco del Pueblo de China. Un recurso similar se había utilizado en el vencimiento anterior, en julio de este año, cuando el Fondo se demoró en girar su dinero.
El pago impactó fuertemente en las reservas internacionales del Banco Central. De acuerdo al informe preliminar de la entidad, las mismas totalizaban al cierre del martes un monto de U$S 21.861 millones. Se trata de la cifra más baja de los últimos 17 años.
Si bien el dato es provisorio y puede verse afectado por otros motivos, como las operaciones del BCRA en el mercado abierto de cambios y la valuación en dólares de otros activos internacionales, su alcance no deja de ser relativo. Si se descuentan las divisas del swap con China que todavía no son de libre disponibilidad, más los encajes de los depósitos en dólares y otras partidas que deben estar en reserva, el saldo de las reservas netas es negativo en cerca de U$S 10.000 millones. Eso implica que la entidad está sobregirada.
La baja de reservas continuará la próxima semana cuando el gobierno deba afrontar nuevos pagos al mismo FMI, esta vez en concepto de intereses trimestrales, por U$S 850 millones. Es muy probable que en vista de la escasez de divisas se vuelva a utilizar yuanes, recurso poco usual que sin embargo fue convalidado con el Fondo.
Esa será la última obligación que deberá afrontar la gestión de Alberto Fernández. La próxima cuota de capital, por U$S 900 millones, vence el 21 de diciembre y su abono corresponderá a quien se imponga en el balotaje presidencial del 19 de este mes.