Harbour Energy anunció que ha decidido abandonar todas sus operaciones de exploración petrolera en las Islas Malvinas. La decisión es un fuerte golpe, uno más, a las aspiraciones económicas del gobierno kelper.
Harbour es el socio mayoritario, con el 60%, del yacimiento Sea Lion, la estrella del mapa hidrocarburífero generado en los más de 20 años de exploración en la zona. En su acuerdo con Rockhopper, poseedora del otro 40% y de la licencia de exploración expedida por el gobierno kelper, era la responsable de llevar a cabo las tareas de exploración en Sea Lion, ubicado en el subsuelo marino al norte de las islas.
Ahora, a más de un año de la paralización de esos trabajos por el Covid-19 y la baja del precio del crudo, Harbour se retira. En su último balance, presentado el jueves pasado, la firma aseguró que la decisión la tomó «en septiembre» y que la causa fue que Sea Lion no se ajusta a su estrategia exploratoria actual, que se basa en «oportunidades de menor riesgo» para lo cual éstas deben ser baratas de operar y ubicarse cerca de yacimientos en actividad. Todo lo contrario a la situación de Malvinas.
«En las Islas Malvinas, la dirección de Harbour ha llevado a cabo una revisión exhaustiva del proyecto Sea Lion, en el que el Grupo tiene una participación del 60% en la explotación. Si bien el descubrimiento de Sea Lion tiene un potencial de recursos significativo, el desarrollo del proyecto no se considera un ajuste estratégico para Harbour. Por lo tanto, el Grupo ha decidido explorar las opciones para salir del proyecto y sus otros intereses de licencia en las Islas Malvinas», dice el reporte en el apartado dedicado al asunto.
Además de Malvinas, la firma también abandonará un área frente a Ceará, en Brasil, y otra en el Golfo de México.
Golpe a los planes kelper
La salida de Harbour del principal prospecto es un duro golpe al plan hidrocarburífero kelper y a los pronósticos de crecimiento económico de la mano de la diversificación de ingresos. El 70% de los ingresos totales de las islas -calculados en U$S 330 millones en 2018- proviene de la venta de licencias de pesca. Las autoridades se esperanzaban con que la producción de crudo significase un salto multiplicador en los ingresos de las islas.
Apenas en marzo pasado, Rockhopper anunció que el gobierno kelper le había extendido la vigencia de la licencia de exploración de hidrocarburos hasta el 1 de noviembre de 2022. En aquel momento, esta firma aseguró que su alianza con Harbour le daba buenas perspectivas para el desarrollo de Sea Lion.
En relación con la retirada de Harbour, Sam Moody, CEO Rockhopper, dijo: «Esto representa tanto un momento difícil para Rockhopper como una gran oportunidad. Si bien estamos decepcionados de que Harbour haya decidido no continuar con Sea Lion, seguimos comprometidos con desbloquear su desarrollo».
El portal especializado Offshore consignó que Rockhopper confirmó que se encuentra en conversaciones con la israelí Navitas Petroleum sobre la entrada de ésta última al proyecto. Navitas firmó un convenio en marzo de 2020 con Rockhopper y Premier (ahora integrada dentro de Harbour) para evaluar su ingreso a Sea Lion. El convenio vence el próximo 30 de septiembre.
Parece difícil que Navitas se incline por integrarse a Sea Lion. En todo este tiempo no ha dado muestras de interés por incursionar en las aguas que rodean a las Malvinas. En cambio, sí ha actuado en otras zonas del globo. Recientemente, recaudó, junto con socios, financiamiento para proyectos de más de U$S 900 millones y resolvió arrancar la producción en un área de aguas profundas del Golfo de México.
Si Navitas se retira, Harbour tendrá un período inicial de 90 días para determinar cómo procederá para su propia partida. Rockhopper y el gobierno kelper deberán salir a buscar nuevos socios para Sea Lion. «