Durante los dos primeros meses del año el gobierno tuvo que afrontar el pago de $88,9 mil millones en concepto de intereses de deuda pública. Se trata de poco más de un millón de pesos por minuto ($1,5 mil millones por día) que alejan cada vez más la posibilidad de alcanzar el equilibrio financiero al que aspira el gobierno.
Es que, más allá de del superávit primario de $23.384 millones registrado en los meses de enero y febrero (el primer balance fiscal positivo en la era Cambiemos) obtenido a partir de una reducción del gasto del 12,7% en términos reales, los pagos por intereses de la deuda saltaron un 137% generando una lógica del palo enjabonado donde el brutal ajuste sobre el gasto no puede impedir la persistencia de un déficit financiero que llegó a $64.944 millones.
El acuerdo con el FMI estipula una reducción de 2,4 puntos del PBI en el déficit primario para 2019. Se trata de $450 mil millones en un solo ejercicio económico que fueron contemplados en el presupuesto votado por el Congreso Nacional a partir de la eliminación de programas en salud, educación y obra pública. Del otro lado, el gobierno espera un incremento de ingresos equivalentes a $100 mil millones como resultado de las retenciones a las exportaciones.
Pero los dos primeros meses del año pusieron también de relieve un aspecto no contemplado por el ejecutivo a la hora de elaborar el presupuesto: la caída de la actividad impactó fuerte en los ingresos tributarios que se ubicaron 7,5% por debajo de la inflación. Lo mismo ocurre con los ingresos por seguridad social que perdieron 5,5% en términos reales y el impuesto a las ganancias que lo hizo en un 3,3%.
Los números surgen de datos oficiales del Ministerio de Hacienda y fueron compilados en un informe elaborado por el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad de Avellaneda que, más allá del denominado déficit primario, pone el foco en el impacto que el pago de intereses de de la deuda pública tiene en el presupuesto en comparación con otros ítems que hacen al gasto.
Por caso, lo abonado en concepto de intereses en los primeros dos meses del año equivale al 60% del presupuesto anual en salud, el 39% de lo destinado a educación o directamente el 994% de lo pautado para las políticas industriales en todo 2019. Según la estimación de la UNDAV, por cada $100 que el presupuesto destina al financiamiento de la AUH, asigna $293 para el pago de intereses de deuda pública.
Según los técnicos de la UNDAV que elaboraron el informe “la política fiscal avanza con un esquema en el que intentará reducir en términos reales el gasto público en una proporción mayor que lo que estará cayendo la recaudación también en paridad de poder de compra. Es decir, la inflación socavará el poder adquisitivo de ambos, con lo cual el Estado se reducirá, pero el gasto debe caer más rápido que la recaudación”. Sin embargo, explican, “deberá conseguir que este alcance tal magnitud que permita tener un excedente de fondos que alcancen para pagar los intereses mensuales de la deuda y así alcanzar el segundo equilibrio, el financiero.”. Para lograr ese objetivo, explican, que “el superávit primario debe multiplicarse, de mínima, por tres.”.
Según el mismo estudio, en el año 2018 el déficit primario alcanzó los $ 338.987 millones mientras que los intereses de la deuda llegaron a $388.940 millones. Por eso el déficit financiero llegó a $727.927 millones, el doble que el primario.
Los intereses de deuda crecieron durante el año pasado un 73% (29% en términos reales) mientras que el déficit primario se redujo un 37% como resultado de un ajuste del 8,6% en el gasto y una caída del 2,8% en la recaudación.