El informe de pobreza e indigencia que elabora la Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires indicó que el número de personas que se encuentran debajo de la línea de pobreza en el distrito alcanzó, en el segundo trimestre de 2018, las 565.000 personas.
Se trata de un 18,4% de los habitantes que residen en la ciudad. El dato contrasta con el informe publicado el jueves pasado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos que aseguraba que, durante el primer semestre del año, la pobreza en el distrito llegó a 11,2% equivalentes, según el organismo nacional, a 328.669 personas. Se trata de una diferencia del 72% o de 236.331 personas.
Para el caso de los indigentes, aquellos que no reúnen los ingresos para afrontar los alimentos necesarios para su supervivencia biológica, la diferencia es todavía más grande: para el INDEC en el primer semestre la cifra alcanzó a 64.158 porteños mientras que, para la Dirección de Estadística de la Ciudad, la cifra llega a 173 mil personas. Se trata de una suma 169% superior.
Para explicar la abismal diferencia en los registro se podrían alegar diferentes motivos que, de cualquier forma, no alcanzan para dar cuenta de la divergencia.
El primero de ellos es que, en el caso del INDEC, se trata de la medición semestral mientras que para el organismo distrital la cifra expresa lo ocurrido durante el segundo trimestre de este año. Con todo, si se promediaran los dos primeros trimestres del año relevados por el organismo dependiente de Rodríguez Larreta, tal como hace el INDEC para determinar la cifra semestral, la diferencia existente pasa a ser de un 60,3% para los pobres y de un 136,4% para los indigentes.
Otro motivo que podría explicar la distorsión es el universo sobre la base del cual se realiza la medición y las consiguientes proyecciones. Es que, para el INDEC, hay 2.940.287 porteños mientras que el organismo local considera que son 3.064.000 las personas que viven en la Ciudad. Sin embargo, despejando esa diferencia y tomando en cuenta la semestralización del indicador, continúa existiendo un registro un 54% superior para los pobres y de un 127% para los indigentes.
Por último, existe una divergencia metodológica en lo que hace a la determinación de las canastas de indigencia y de pobreza entre ambos organismos. El organismo porteño elabora las canastas sobre la base de cinco hogares tipo que, luego, sirven para tipificar cada uno de los hogares relevados concretamente. En uno de los casos, por ejemplo, se incluye el pago de alquiler algo que el INDEC no computa como uno de los gastos que componen la Canasta Básica Total.
Sin embargo, para la Ciudad, el umbral de la indigencia para el hogar correspondiente a una familia tipo, en junio, se ubicó en $9.554 mientras que para el INDEC, un hogar de similares características, necesitó $7.840 para no caer en la indigencia. Para el caso de la pobreza, el INDEC estableció ese piso para el hogar tipo en $19.601 mientras que la ciudad lo fijó en $19.732. Un diferencia que tampoco alcanza para explicar semejante divergencia.
Así las cosas, los datos oficiales de la Ciudad dan cuenta de un acelerado deterioro de la situación en el distrito “más rico del país” que, además, afecta a todos los sectores sociales.
En apenas tres meses se sumaron 41 mil personas a la indigencia y 59 mil lo hicieron en comparación con el segundo trimestre de 2017. También hubo un crecimiento del estrato que el organismo señala como “no pobre pero en situación vulnerable”. Se trata de aquellos sectores medios que reúnen menos de un 25% más que la Canasta Básica Total y, por eso, están al borde de caer en la pobreza. Ese sector, en la Ciudad, creció un 8,3%.
Curiosamente, uno de los estratos sociales especialmente afectado por el ajuste en el segundo trimestre de este año fue el que se encuentra en la cúspide de la pirámide. El denominado “sector acomodado” (cuyo núcleo familiar en agosto necesitó reunir en todo concepto más de $106 mil) perdió 87 mil personas equivalentes al 18% de los que pertenecían a ese estrato que, en el primer trimestre, había llegado a su máximo histórico de 473 mil personas.
Esa pérdida recayó en el sector medio que, a su vez, vio incrementado su número en dos mil personas. De ahí se desprende que, en realidad, 85 mil de ellos recalaron en el estrato inmediato inferior denominado “sector medio vulnerable”.
Del informe se desprende que, del total de habitantes de la Ciudad de Buenos Aires, existen 1.112.000 personas cuya situación económica está muy lejos de ser la deseada. Son aquellas que se agrupan en las categorías de indigentes, pobres, vulnerables y sector medio frágil que en conjunto representan el 37% de los porteños.