El tipo de cambio no está retrasado. Por el contrario, subió por encima de la inflación y a un ritmo superior al de los países con los que Argentina mantiene vínculos comerciales. Esto favorece la situación relativa de los productos locales, que pueden ganar penetración en los mercados internacionales. Así lo afirma un informe del Ministerio de Desarrollo Productivo.
El estudio se basó en el tipo de cambio real multilateral (TCRM), un índice que promedia el valor de las monedas y los índices de precios de todas las naciones que intercambian bienes con Argentina. En julio, el indicador subió 1,2% en comparación con el mes anterior y 4,7% con relación a un año atrás.
El dato sirve para medir la competitividad de las exportaciones: si el TCRM aumenta, los productos argentinos se abaratan frente a los de otros países, lo que hace más accesible su ingreso a otros mercados. De manera inversa, si ese número baja, los bienes son más caros y es más difícil venderlos.
“La variación intermensual del TCRM se debió a una combinación de factores. En primer lugar, a la suba del tipo de cambio real bilateral de Argentina con algunos de sus principales socios comerciales como China o Estados Unidos, lo que favoreció la posición de nuestro país en esos mercados en relación con sus competidores. En segundo término, el tipo de cambio nominal (BCRA mayorista) subió 2,8%, más que la inflación minorista (+1,9% mensual)”, detalla el documento elaborado por la cartera a cargo de Matías Kulfas.
El estudio también se detiene en los análisis sectoriales, incorporando al cálculo el efecto de los derechos de importación y los reintegros a la exportación en cada rubro. En ese sentido, los productos agroindustriales son aquellos en los que el TCRM tuvo mayor impacto favorable: subió 12,8% para los productos de molinería y 8,9% para los alimentos procesados. En cambio, hubo bajas de 11,3% para la producción de vehículos y 2,9% para las autopartes. “En un contexto de aumento de los precios internacionales de los alimentos generado por mayor demanda mundial, la variación mensual positiva del TCRM sectorial sugiere que Argentina se encuentra mejor posicionada que otros países competidores en los mercados hacia donde ya exporta estas mercancías”, puntualiza el trabajo.
Del informe se desprende que el valor actual del dólar mayorista, apuntalado por el crawling peg (pequeñas correcciones diarias) que le imprime el Banco Central, es suficiente para asegurar el superávit comercial. La divisa cerró el martes a $ 74,71 y acumula una suba de 24,7% desde comienzos del año. Entre enero y julio, las exportaciones superaron a las importaciones en U$S 9.573 millones.
Las discusiones sobre el valor del dólar, en todo caso, traspasan el ámbito comercial y apuntan a otra cuestión: la escasez de reservas del Banco Central, su insuficiencia para atender la demanda en caso de un rebote de la actividad y la presión de los individuos para refugiarse en la divisa como recurso de atesoramiento. En los últimos días trascendieron rumores de que el equipo económico debate un eventual desdoblamiento del mercado cambiario. La semana pasada, el presidente Alberto Fernández descartó de manera enfática las posibilidades de una devaluación brusca: “No está en mis planes”, aseguró.