Los preparativos dentro de la Casa Rosada para la audiencia pública del próximo viernes comenzaron cuando la Corte Suprema de Justicia anuló el aumento de las tarifas residenciales de gas y convalidó el tarifazo para los consumidores industriales y comerciales. Los detalles para la puesta en escena de las críticas sobre el incremento ya llevan tres semanas, y los pronósticos dentro del gobierno hablan de una maratónica ronda de cuestionamientos que podrían durar varios días, con televisación casi en directo y con el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, como principal destinatario de las quejas.
La transmisión en vivo del ejército de críticos que se anotaron para la misma audiencia pública que el gobierno no quería implementar y que fue impuesta por el máximo tribunal será el trance más amargo e imprevisible para el entorno del presidente Mauricio Macri, principal sostén del ministro energético y del cada vez más pequeño grupo de funcionarios que defienden la forma en que se implementó el reajuste gasífero. El trago «puede ser amargo, pero es necesario para terminar de una vez con este proceso», reconocen funcionarios vinculados a Rogelio Frigerio. El ministro del Interior fue uno de los funcionarios del gabinete económico que terció duramente con Aranguren y con el secretario de Coordinación Interministerial, Gustavo Lopetegui, una de las espadas que reportan al jefe de Gabinete, Marcos Peña, otro de los que más apostaron a un shock de aumentos tarifarios sin audiencias públicas mediante.
La cuenta regresiva final para el próximo «super viernes» de Aranguren tuvo algunos sobresaltos y atenuantes. Las preocupaciones comunicacionales emergieron cuando la audiencia fue fijada para el lunes 12, justo en el inicio del Foro de Inversiones y Negocios que comenzará maña na en el Centro Cultural Néstor Kirchner con la presencia de una decena de CEO de multinacionales con presencia en el país. Ante un pedido del gobierno, la audiencia ordenada por la Corte se concretará después del cierre del evento internacional y no antes de su arranque, especialmente porque la larga lista de expositores podía superponer los debates del tarifazo con un evento de promoción internacional que cuenta con un fuerte aporte de empresas energéticas norteamericanas, británicas y europeas, las mismas que miden con atención la capacidad de la administración de Macri para imponer el tarifazo. La tranquilidad llegó a mitad de semana cuando la Corte convalidó el aumento de las facturas de electricidad, y cerró otro frente abierto en materia de reajustes. Toda una señal previa al intento oficial del gobierno para cumplir con la Corte y concluir un mes de cuestionamientos públicos contra la política energética del oficialismo, un frente que es administrado por una mesa de contención que rodea a Aranguren y está integrada por la vicepresidenta Gabriela Michetti; el ministro de Hacienda y Finanzas Alfonso De Prat-Gay; Frigerio; el jefe de Gabinete; y el diputado Emilio Monzó.
La matriz energética argentina, en su enorme complejidad, encierra ecuaciones económicas complejas desde la salida del gas en la boca del pozo, pasando por su transporte, hasta su distribución domiciliaria. La oposición anticipó, mediante una opinión del ex ministro de la Corte Eugenio Zaffaroni, que «si no se revela ese precio la audiencia podría ser nula».
La frase ya resonó dentro del gobierno y encendió luces de preocupación ante la posibilidad de que la audiencia tan esperada se judicialice y extienda el tránsito lento de la aplicación de un tarifazo que el presidente calculaba como «exprés». «