El 28 de junio pasado, el triunvirato que dirige la CGT se comunicó con el jefe de la misión del FMI en la Argentina, Roberto Cardarelli, a través de una teleconferencia. El contacto llamó la atención porque la central sindical había expresado su rechazo al acuerdo con el FMI y manifestado que del organismo sólo podía esperarse un ajuste sobre los trabajadores y los sectores más vulnerables. De hecho, venía de realizar un paro general de actividades el 25 de junio rechazando el acuerdo en todos sus términos.
En esas condiciones, no parecía posible encontrar un punto de negociación intermedio. De todas formas, en la comunicación que duró alrededor de 25 minutos y fue catalogada como “cordial”, se acordó una nueva cita -esta vez en forma personal- pautada para septiembre pero que finalmente se sustanció en la tarde de este martes.
En el medio, la CGT aprovechó la visita de la directora del FMI, Christine Lagarde, para manifestar nuevamente el repudio al acuerdo y pronosticar un “conflicto infinito” como resultado del mismo.
Sin embargo, durante la tarde de este martes se reunieron los miembros del triunvirato de la CGT, compuesto por Héctor Daer, Carlos Acuña y Juan Carlos Schmid, acompañados por Gerardo Martínez, titular de la UOCRA, Andrés Rodríguez, de UPCN, Omar Maturano, de La Fraternidad, y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias). Cardarelli fue acompañado por los técnicos Paolo Didine y Joyce Wong.
La cita se llevó adelante en la sede de la UOCRA que conduce Gerardo Martínez. El detalle no pasó inadvertido toda vez que el acuerdo con el FMI, con el declarado propósito de reducir el déficit fiscal, puso en el ojo de la tormenta la obra pública amenazando decenas de miles de empleos.
A la salida del encuentro, que duró una hora y media, Cardarelli señaló a los periodistas que «fue una muy buena reunión. Hemos escuchado por parte de los sindicatos las visiones que tienen de la situación económica y les hemos comunicado lo que el programa (con el FMI) pretende hacer. La importancia de la estabilidad macroeconómica, la importancia de mantener cláusulas de salvaguardia sobre los programas de protección sociales. Fue una buena reunión, hemos acordado reunirnos en los próximos meses».
El italiano aprovechó el momento para declarar su respaldo a la política económica del gobierno nacional: «La inflación tiene que bajar y nosotros creemos que va a bajar el año próximo. Tenemos mucha confianza que todo va a seguir siendo de la mejor manera posible. Hasta ahora las medidas que se tomaron fueron muy apropiadas».
Omar Plaini, titular del sindicato de Canillitas y referente del espacio opositor en la CGT referenciado en Hugo Moyano, en diálogo con el canal de noticias C5N manifestó que la cita «es un acto de voluntarismo. Yo respeto mucho a los compañeros. Pueden tomar café y comer sanguchitos, pero de la reunión con el FMI no se puede esperar una respuesta. Este gobierno tiene un plan sistemático y el organismo es el típico usurero. Les importa poco la plata de los jubilados y la caída del consumo en los comercios. Aplican su receta. Hoy más que nunca hay que estar con los trabajadores del Astillero (Río Santiago)», disparó en alusión a los hechos que ocurrieron en la ciudad de La Plata mientras se desarrollaba el encuentro.
Al salir del cónclave los dirigentes de la CGT se mostraron conformes con lo ocurrido e informaron que pusieron énfasis en su preocupación por la defensa del empleo en los sectores más expuestos al ajuste del gasto público como la Construcción y el empleo público.