«La deuda pública de Argentina, que se situó cerca del 90 por ciento del PIB a fines de 2019, es insostenible», dice el comunicado.
El superávit primario requerido para reducir ese grado de endeudamiento «y las actuales necesidades de financiamiento bruto hacia niveles manejables y consistentes con un crecimiento potencial satisfactorio, no es económica, ni políticamente factible», consideró el personal del FMI.
Será necesaria la reestructuración de la deuda «con una contribución apreciable por parte de los acreedores privados, que reduzca el nivel de deuda y las necesidades de financiamiento bruto hacia niveles consistentes con la capacidad de sostener la deuda de Argentina», agrega la nota.
«El alivio de la deuda necesario debería reducir las necesidades de financiamiento bruto de Argentina a un promedio de alrededor del cinco por ciento del PIB, y no superior al seis por ciento del PIB para cualquier año en el mediano y largo plazo», estimó el personal de la entidad multilateral.
En ese sentido, el alivio de la deuda externa precisa de condiciones financieras que el país sudamericano pueda abordar en un período que se extiende de 2021 a 2024.
El equipo técnico observó que hay muchos parámetros que apuntan a la reestructuración de la deuda, «entre ellos reducciones del valor nominal, extensiones de vencimiento, períodos de gracia y recortes de las tasas de interés, que podrían proporcionar el alivio mínimo requerido en el servicio de la deuda en moneda extranjera que aseguran que relación deuda/PIB caiga con alta probabilidad».
El ministro de Economía, Martín Guzmán, comparecerá este viernes para explicar el proceso de reestructuración de deuda que abordará el Gobierno.
El Gobierno determinó que los títulos públicos bajo legislación extranjera que intentará refinanciar con los acreedores externos ascienden a 68.842 millones de dólares.
El país sudamericano también mantiene una deuda con el Fondo de 44.000 millones de dólares que fue contraída por la administración de Mauricio Macri (2015-2019).
En contrapartida, el organismo multilateral exigió un ajuste presupuestal estricto para llegar a un equilibrio fiscal.
El Gobierno de Fernández espera renegociar la deuda externa que se encuentra en manos de acreedores extranjeros, como el FMI y la el Club de París, pero advirtió que el país debe crecer antes de cumplir con sus compromisos financieros.