En las Jornadas Monetarias que organiza el Banco Central, destinadas a discutir en términos teóricos los problemas vinculados con la moneda y su relación con la macroeconomía, se colaron debates mucho más mundanos, como el de la vigencia del cepo cambiario, las posibilidades de crecimiento en tanto ese cepo exista, la intensa bicicleta financiera que se vive por estos días y la posibilidad de que la economía argentina salga de la depresión en la que se encuentra.
El puntapié inicial lo dio el economista Ricardo Arriazu, uno de los más escuchados en el Ministerio de Economía y en la Casa Rosada. Arriazu viene de defender en forma enfática las decisiones de Luis Caputo: menos de dos meses atrás alertó que si el gobierno llevaba adelante una devaluación, “explota todo”.
Este lunes, en la sede del Palacio Libertad, Arriazu defendió el cepo al dólar y observó que el gobierno de Javier Milei debería esperar al menos hasta 2025 para avanzar en la eliminación total del cepo. “Soy enemigo de los controles, pero soy mucho más enemigo del colapso social”, advirtió Arriazu, poniendo nuevamente de relieve la fragilidad del actual esquema económico.
El veterano economista se mostró optimista en relación al “paso a paso” que eligieron Caputo y el titular del Banco Central, Santiago Bausili, con pequeños retoques al cepo cambiario, como la posibilidad de que los importadores puedan pagar más rápido sus compromisos con el exterior.
En sintonía con Arriazu, Gustavo Cañonero, quien fue vice del Banco Central durante la gestión de Federico Sturzenegger, apuntó al exceso de pesos que subsiste en la economía porque podrían ser el combustible de una corrida cambiaria. Cabe recordar que ya van tres meses y medio de emisión 0 según el gobierno.
Cañonero pidió una serie de cálculos y observaciones para determinar la cantidad de pesos necesaria para la economía, una forma de decir que por ahora no se modifiquen esos niveles ya que es lo que permite el carry trade, o sea, la nueva bicicleta especulativa.
Antes de Arriazu y Cañonero, Bausili expuso que con el gobierno de La Libertad Avanza se terminó la “dominancia fiscal”, es decir, la influencia y preponderancia de la política fiscal sobre las decisiones del Banco Central. Esto equivaldría a una recuperación de la independencia del BCRA respecto del gobierno, aunque la realidad es que, en la actualidad, el Banco Central funciona como una sucursal del Ministerio de Economía, cómo se ha visto con el derrotero de la tasa de interés, principal variable de política monetaria, que está subordinada a las necesidades del pago de deuda en pesos del Tesoro nacional.
Bausili, además, hizo un panegírico de la desaceleración de la inflación, contenida según dijo por la reducción del déficit fiscal, pero que es una enormidad para los actuales niveles de depresión económica (caída del consumo masivo del 17% en septiembre, según la consultora Nielsen, después de meses de descensos similares) y el dólar planchado.
Las Jornadas del BCRA concluirán este martes y se espera que sean cerradas por el presidente Milei.