Ocho trabajadores de la tradicional pizzería Mi Tío, en la esquina de Estados Unidos y Defensa del barrio de San Telmo, tomaron este miércoles el local en respuesta a la desidia empresarial y en defensa de los puestos de trabajo.
El martes está cerrado porque es el día de nuestro franco y el miércoles vinimos y encontramos la persiana baja con el candado cambiado. Ahí, tomamos la decisión de ingresar y asegurar que no vacíen la empresa y preservar la fuente de trabajo. Insistimos en llamar a los dueños para que den la cara y nos dijeron que están enfermos los tres. Eso es mentira porque uno de los compañeros los vio esta tarde misma en la puerta del local, contó a Tiempo uno de los trabajadores.
La empresa Villarroel Héctor Raúl, Romero María Marta y Rosauro Rodolfo Romero SH acarrea una serie de irregularidades con respecto a las obligaciones con los trabajadores: Desde hace más de un año que venimos con conflictos salariales. No cobramos en tiempo y forma; no nos dieron los aumentos que por ley nos correspondían; no cobramos ninguno de los dos aguinaldos de 2016; el aumento del 26% de la paritaria de pasteleros tampoco nos lo pagaron; nos fraccionaban las vacaciones para que no faltemos al trabajo y no podíamos tomarla cuando queríamos; nos deben casi un año de aportes en ANSES; no tenemos obra social porque tampoco la pagan: a un compañero, se le enfermó la mujer y no se la atendieron porque ya no tenía cobertura. Creemos que eso es gravísimo. El sueldo de enero lo cobramos en forma parcial y el de febrero directamente no lo cobramos, enumeraron.
Otro de los síntomas del inminente vaciamiento fue que se deshicieron de todos sus bienes para no tener liquidez para pagarnos; pensamos que usaron testaferros. Esto responde especulan- a que varios de los trabajadores tienen más de 30 años de antigüedad, por lo cual les correspondería una fuerte suma en concepto de indemnización. Ante nuestros reclamos, nos patearon siempre para adelante con mil mentiras: que tiremos todos juntos para adelante, que la cosa venía mal; nos ofrecieron en una reunión darnos el fondo de comercio, pero después quedó en la nada, recordaron.
Las legisladoras porteñas Andrea Conde, por Nuevo Encuentro, y Paula Penacca, por el FpV, estuvieron en el lugar. Estamos acompañando al conjunto de trabajadores, que están pasando por una situación muy compleja. Entendemos que tiene que ver con un contexto económico en el cual la situación se pone más compleja por las medidas del Gobierno de Macri. Muchas veces, los dueños de las empresas, en lugar de intentar consolidar el trabajo, quizás ganando un poco menos, cierran y van a la quiebra o vacían la empresa y los únicos que pierden son los trabajadores, explicó Penacca. Venimos a acompañar y a asesorar para que los trabajadores puedan tener un mejor marco de negociación con los dueños. La idea es asesorarlos para pensar en la conformación de una cooperativa y llegar a algún tipo de acuerdo con los dueños, expresó. Por su parte, Conde coincidió: Lamentablemente, cada vez son más los conflictos de este tipo. Se hace cada vez más difícil sostener los negocios y los que pagan son los empleados, que terminan en la calle.
Nuestro deseo es trabajar y que la pizzería siga abierta. Que el dueño nos pague y se regularice o que nos dejen sacarlo adelante a nosotros a través de la conformación de una cooperativa, concluyeron los trabajadores.