Uno de los analistas económicos más renombrados a nivel internacional, consejero de bancos de primera línea de todo el mundo, Robin Brooks, se pronunció enfáticamente en contra de las ideas de dolarización de la economía argentina y señaló que “la realidad es muy diferente” a los beneficios que se le adjudican.
“Algunos en Argentina idealizan la dolarización de Ecuador. La realidad es diferente. ¡Argentina no debe hacer esto!”, proclamó Robin Brooks, economista jefe del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés).
Brooks, nacido y criado en Alemania, fue economista senior del Fondo Monetario Internacional y estratega del banco de inversión Goldman Sachs. En la actualidad es uno de los principales analistas del IIF, entidad creada hace cuatro décadas por un conjunto de bancos de todo el mundo para asesorarlos en cuestiones técnicas sobre reestructuraciones de deudas soberanas. Con el tiempo, el IIF se convirtió en el principal asesor de las mayores entidades financieras de todo el mundo en el análisis de mercados emergentes y finanzas internacionales. Su titular es la española Ana Botín, presidenta del Banco Santander.
Como principal argumento en contra de la receta dolarizadora, Brooks se basó en el potencial exportador de la Argentina y la necesidad de alentar su inserción en los mercados internacionales con un tipo de cambio que se adapte a sus necesidades. Incluso sugirió que la paridad sea más alta que la actual, para abaratar en divisas los precios de los bienes locales y facilitar su venta al exterior.
«Argentina nació para ser una nación exportadora, pero la última vez que las exportaciones netas fueron un motor de crecimiento significativo fue antes del Covid. Argentina tiene que volver a ser un exportador líder. La forma de hacerlo es devaluar y resistir el canto de sirena de la dolarización, que perjudicará a los exportadores», sostuvo Brooks en una serie de posteos.
En la misma línea, el analista puso como ejemplo lo que sucedió en Ecuador, que en el año 2000 dolarizó su economía. “El dólar estadounidense es la moneda más fuerte a nivel mundial. Al engancharse a eso, Ecuador se encerró en un bajo crecimiento crónico y ha tenido un desempeño inferior al de sus pares latinoamericanos durante una década”, explicó Brooks, quien acompañó sus observaciones con un gráfico en el que se observa que el PBI per cápita de ese país se mantuvo casi sin cambios en los últimos veinte años.
Para el economista de IIF, la coyuntura de los mercados internacionales otorga un “viento de cola” para la orientación exportadora de Argentina, gracias a la recuperación de los precios de los commodities. Y lo graficó con el ejemplo de Brasil, cuya “década perdida” parece haber llegado a su fin. “Brasil es un exportador de materias primas. Los precios mundiales de esas materias primas colapsaron en 2014, afectando al país. Ese shock está terminando y Brasil está de regreso”, opinó.
El debate sobre virtudes y desventajas de la dolarización adquirió sumo interés en la Argentina después del triunfo de Javier Milei en las primarias presidenciales de agosto. Su propuesta de eliminar el peso chocó con el rechazo de analistas de diferentes corrientes de opinión, que advirtieron sobre el riesgo de prescindir de una política monetaria propia que la proteja de shocks externos (por ejemplo, de una pandemia).
A la gran cantidad de reparos teóricos se sumó una dificultad básica: la escasez de divisas en el Banco Central, lo que impediría poner una mínima cantidad de dólares en circulación. Ese es, hoy por hoy, el gran obstáculo de los libertarios para llevar esa propuesta a los hechos en caso de acceder al poder. En las últimas horas, en un curioso juego de palabras, Darío Epstein, uno de los principales colaboradores de Milei en el área económica, admitió que “Javier tiene una propuesta de dolarización muy concreta, tan concreta que no vamos a dolarizar si no hay dólares”.