Las patronales se mantienen intransigentes. Del otro lado, los trabajadores no aflojan en sus reclamos y, por el contrario, la organización y firmeza crece en las tres principales plantas que componen el gremio.
Desde que en mayo venció la conciliación obligatoria que había dictado la cartera laboral se sucedieron una decena de paros de 24 horas con un fuerte acatamiento y más de una docena de audiencias en el ministerio de Trabajo en las que, la parte patronal no modificó su propuesta de recomposición salarial. Se trata de la revisión de la negociación de la paritaria 2021-22 que comenzó en abril pero que no pudo resolverse cuando ya debiera comenzar a negociarse el período 2022-23.
Durante la negociación intervinieron personalmente el ministro de Producción Daniel Scioli y el de Trabajo Claudio Moroni pero no lograron destrabar el conflicto que continúa con más paros, movilizaciones masivas y cortes de accesos.
El sindicato exige una mejora del salario real en el período y la restitución del pago de las horas de trabajo del fin de semana a partir de las 12 horas del sábado y el domingo al 200%. Ese derecho existía en el convenio colectivo de 1975 y fue vulnerado en la década del ’90. Los trabajadores piden terminar con el denominado “turno americano” extendido en el gremio y que, en algunas plantas, implica un sistema de siete días laborables y dos de franco que, lógicamente, los obliga a trabajar los fines de semana sin reconocimiento salarial extraordinario alguno. En algunos casos, el sistema los obliga a no gozar de un descanso dominical por un período de casi dos meses.
La patronales ofrecieron llevar el aumento hasta el 66% que, tomando en cuenta que la inflación entre junio de 2021 y el mismo mes de 2022 implica una mejora del poder adquisitivo de apenas el 1,2% cuando los salarios iniciales oscilan entre los $70 mil y los $83 mil, muy por debajo de la canasta de pobreza que ya supera los $100 mil.
El sindicato ya había conseguido en el período paritario anterior incluir una cláusula que garantizó una mejora del salario real del 5% que aspiran a mejorar para este período. A la vez, las empresas rechazaron la restitución del derecho de las horas de los fines de semana al 200% y, en su reemplazo, ofrecieron un bono anual por única vez y sujeto a presentismo que el sindicato y las asambleas de base rechazaron tajantemente hace ya más de dos meses.
Pero además, el SUTNA asegura que las patronales obtuvieron beneficios extraordinarios gracias al esfuerzo de los trabajadores. Es que, el gobierno les concedió la posibilidad de incrementar el acceso de dólares para la importación de insumos en un 5% superior a lo obtenido durante 2021 cuando, aseguran los dirigentes sindicales, el sector atravesó un proceso de reactivación sin precedentes. Ahora, denuncian, las empresas hacen uso de ese beneficio para acopiar insumos mediante el adelanto de importaciones mientras le niegan a los trabajadores una mejora de sus salarios.
El titular del gremio, Alejandro Crespo, señaló que “las patronales pidieron dólares y se les han otorgado para la compra de insumos. Nosotros vemos como ingresa materia prima que no usan para la producción sino que la están acopiando en los depósitos. Mantienen un conflicto sin sentido, sin producir las cubiertas que se están reclamando. Los trabajadores no merecen esta situación. Estamos con mucha fuerza entendiendo que nuestro reclamo de aumento de salario real y el adicional del fin de semana es justo. Mientras las empresas suben los precios por encima de nuestros salarios que apenas representan mil pesos por cada neumático que producen y venden por encima de los $30 mil. Han generado una situación anormal de faltante de cubiertas con insumos acopiados en los depósitos”.
Desde el sindicato, además, denunciaron ante el ministerio de Trabajo prácticas antisindicales en las fábricas en las que se llegó a intentar impedir el ingreso de los delegados para organizar las medidas e incluso apelar al uso de la violencia física de parte de un supervisor sobre un delegado en la planta de Pirelli.
El próximo martes habrá una nueva audiencia pero el conflicto no parece encontrar salida ante una intransigencia patronal que no encuentra explicación desde el punto de vista de la ecuación económica sino más bien en una pulseada para redefinir la relación de fuerzas entre el sindicato y las patronales.