El vuelo EZY9958 arrastraba una demora de 36 horas para cubrir el tramo entre la ciudad española de Málaga y la inglesa de Bristol. El retraso respondía a problemas técnicos de la aeronave.
Según denunciaron los pasajeros al periódico inglés Bristol Post, la compañía los alojó en un hotel plagado de cucarachas a la espera de que el desperfecto pudiera ser resuelto.
Grande fue la sorpresa de los 150 pasajeros cuando casi dos días después, ya dispuestos a partir, el piloto de la aeronave informó que había un 50% de posibilidades de que los dos motores funcionaran adecuadamente y que, por lo tanto, fueran ellos los que decidieran correr el riesgo de partir en esas condiciones. Solicitó un voto a mano alzada para proceder al despegue.
Según el relato del periódico inglés ante la pregunta varios pasajeros, envueltos en un estado de shock, comenzaron a vomitar y otros presentaron ataques de pánico. Tripulantes de la aeronave rompieron en llanto.
Según explicaron los pasajeros la moción solo logró 12 votos favorables de personas que querían ir a ver a sus familiares en Inglaterra pero, una vez resuelta la votación por la negativa, la empresa retuvo durante alrededor de dos horas a los pasajeros en la aeronave hasta que les permitieron abandonarla.
«El piloto dijo que nunca había hecho nada parecido en 37 años de profesión», explicó otro testigo. Según el relato de los pasajeros lo único positivo fue que tanto el piloto como la tripulación fueron muy amables y se sentían muy frustrados por la situación. Todos tuvimos la sensación de que estaban pasando por encima de las órdenes de la directiva de la empresa.
Finalmente, las autoridades dispusieron el envío de otra aeronave que concluyó el tramo con 48 horas de demora.
El insólito hecho se produjo en momentos en que en la Argentina se disponen a comenzar a operar cuatro aerolíneas low cost y se han abierto licitaciones para que se sumen nuevas compañías. Easy Jet, por ahora, no se encuentra entre las candidatas a volar en los cielos argentinos.