El Banco Central logró renovar el 74% de las Lebac que vencían este martes. En la licitación mensual de esas letras, la entidad aceptó ofertas por $ 393.862 millones de los más de $ 529 mil millones que debía devolver. La mayor parte de los títulos (poco más de $ 330 mil millones) fueron adquiridos a un plazo de 28 días con un interés de 46,5% anual, mientras que las tasas bajaron levemente para las colocaciones a 63, 91 y 126 días.

En la práctica, esos resultados significan que el BCRA apenas pudo reducir la tasa en medio punto con relación al 47% de la anterior subasta. Si bien se trata de una señal hacia la baja, la disminución es ínfima y no se traducirá en un alivio para las empresas que buscan financiamiento en el circuito bancario con costos exorbitantes.

En la entidad que preside Luis Caputo no mostraron mayor preocupación sobre los alrededor de $ 135 mil millones sobrantes. “Parte de la renovación parcial se explica por el impacto de los mayores encajes bancarios en la necesidad de liquidez del sistema”, señala el comunicado oficial, haciendo referencia a los cambios en las normas dictados en las últimas semanas que obligan a los bancos a retener una mayor cantidad de circulante.

De todos modos, el Central aclaró que “dado que la liquidación de esta subasta se realiza al día siguiente, para computar el efecto monetario deberá sumarse la absorción o expansión que ocurra mañana por pases, Leliq y operaciones de mercado secundario de Lebac”.

El lunes ya se había producido una importante absorción de fondos, cuando el gobierno amplió en $ 45 mil millones la emisión de Bonos del Tesoro con vencimiento en 2020. Esos títulos pueden ser computados como encaje por las entidades financieras, con la ventaja de que son remunerados a una tasa fija del 26% anual y pueden ser adquiridos con Lebac.

Las Lebac fueron la herramienta preferida del anterior titular del BCRA, Federico Sturzenegger, para regular la liquidez. Pero se convirtieron en una trampa: llegó a haber títulos de ese tipo por $ 1,2 billones, más que la cantidad de pesos en circulación. Por eso, a instancias del Fondo Monetario Internacional, el gobierno se propuso reducir esa enorme masa que provoca nervios en el mercado en cada fecha de vencimiento. Esta vez la inquietud volvió a notarse: el dólar subió 15 centavos y cerró a $ 27,55 para el tipo mayorista, mientras que el promedio de venta al público en bancos fue de $ 28,15.