El Banco Central confirmó que durante el año entrante reducirá la asistencia monetaria al gobierno, en cumplimiento de los acuerdos establecidos con el Fondo Monetario Internacional. Además, sostuvo que de cara a los próximos meses “es esperable” una reducción del stock de sus pasivos remunerados, en forma de Leliq y pases a los bancos, que suman más de 10 billones de pesos.
La entidad que preside Miguel Ángel Pesce adelantó sus previsiones para 2023 en el Informe de Política Monetaria (IPOM) que publicó este lunes. En esa evaluación trimestral, en la que anticipa el rumbo a seguir y las razones que la llevan a adoptar ese camino, se consigna que se prestará “especial atención a la evolución pasada y prospectiva del nivel general de precios y la dinámica del mercado de cambios”. No obstante, el documento advierte del riesgo que genera ingresar “en un año electoral donde tiende a observarse una mayor volatilidad en los mercados financieros”.
Por otra parte, el IPOM ratificó la continuidad de la política de tasas de interés positivas en términos reales para “resguardar el valor de las inversiones realizadas en instrumentos denominados en moneda doméstica”. También prometió evitar retrasos en el tipo de cambio para “preservar niveles adecuados de competitividad externa y potenciar la acumulación de reservas internacionales”.
En un intento por dotar de mayor previsibilidad a su política y reducir la incertidumbre, el BCRA anticipó en su informe que colaborará para concretar “el esquema de políticas macroeconómicas pautado en el Programa de Facilidades Extendidas (PFE) con el FMI”. El cumplimiento de las metas fijadas en ese programa es una de las prioridades del gobierno, en particular desde que Sergio Massa se hizo cargo del Ministerio de Economía.
Desde su llegada al cargo, el extitular de la Cámara de Diputados dispuso dejar de pedirle al Central que girara adelantos transitorios y utilidades para financiar al gobierno. Entre enero y agosto, las transferencias habían sumado $ 620 mil millones.
Por eso, el IPOM advierte que “en este marco, la asistencia monetaria al Tesoro seguirá una trayectoria descendente en términos del PBI, previéndose un valor nulo para 2024”, tal como fue prometido al Fondo Monetario Internacional.
De acuerdo al trabajo, esa menor inyección de dinero al sistema podría redundar en un efecto secundario: que se reduzca la colocación de Leliq y pases pasivos, instrumentos que el BCRA ofrece a los bancos para intentar capturar el exceso de liquidez en plaza. Esa maniobra (esterilización, en la jerga monetaria) le cuesta al Central pagar un 75% y 70%, respectivamente, de interés nominal anual por esos títulos.
“En este contexto, es esperable que el esfuerzo de esterilización monetaria se vaya reduciendo gradualmente. Ello favorecerá que la demanda de base monetaria sea provista por los intereses asociados a los pasivos remunerados del BCRA y, potencialmente, por una reducción de su stock”, dice el texto en relación a los $ 600 mil millones de intereses que la entidad paga mensualmente por esos instrumentos. “El menor financiamiento monetario por parte del Tesoro Nacional reduciría las necesidades de esterilización”, agrega.