La buena performance electoral en las primarias del último domingo tranquilizó los ánimos en el gobierno. Por eso tomaron con buen semblante la licitación de Lebacs que realizó ayer el Banco Central, cuyo dato más trascendente fue que la entidad monetaria no necesitó subir la tasa de interés: la mantuvo en el 26,50% anual a 35 días. Tanta es la distensión luego de los comicios que fue dejado en segundo plano el hecho de que el 15% de las colocaciones no fue renovada. De los $ 534 mil millones en títulos que vencían, el 85% siguió en letras, pero algo más de $ 81 mil millones fueron retirados por sus dueños. El BCRA deberá absorber ese volumen en el mercado secundario si pretende evitar un incremento de alrededor del 10% en la base monetaria.

Desde que a principios de año se resolvió que las Lebacs se emitieran en forma mensual en vez de semanal, las licitaciones fueron concentrando volúmenes cada vez mayores y convirtiéndose en verdaderas pulseadas entre el Banco Central y el mercado. En junio, a la entidad dirigida por Federico Sturzenegger se le “escaparon” $ 122 mil millones y en julio otros $ 64 mil millones. Se presume que esos montos alimentaron la escapada del dólar, que llegó a subir cerca de 10%. Ahora, luego de que la divisa se desinflara tras los buenos números de Cambiemos en las primarias legislativas (cerró la jornada a $ 17,25), habrá que ver cuál será el destino que los inversores le darán a los pesos que no fueron canjeados por nuevos títulos. Por lo pronto, no está claro si habrá una nueva etapa de “bicicleta financiera”, con una apuesta a tasas altas y tipo de cambio planchado, o si se seguirán desarmando posiciones en pesos con un dólar que en a la brevedad puede retornar a los $ 18.

A mediano plazo, las Lebacs no dejan de ser un problema. Antes de esta licitación, la suma de las letras emitidas en diferentes plazos alcanzaba $ 942 mil millones, a lo que se deben sumar los pases que el Banco Central coloca en el sistema financiero. Según un cálculo de la Universidad de Avellaneda (UNdAv), los pasivos del BCRA, conformados por letras, pases y el dinero en circulación, suman U$S 205 mil millones, equivalentes a cuatro veces y media los U$S 47 mil millones de reservas, que son los activos de la entidad. Además, el 60% de esos pasivos devenga intereses: sólo por la renovación de este martes habrá que pagar $ 10 mil millones de costo adicional al vencimiento, a mediados de septiembre.