Lo que antes parecía no tener techo, ahora parece no tener piso. Es el caso del dólar, que a fin de septiembre había pasado la barrera de los 40 pesos y el lunes (este martes no hubo mercados por el Día del Bancario) cerró a $ 35,55, con una caída de 13,1%. Si esta semana baja otros 45 centavos, puede ocurrir lo impensado: que el Banco Central salga a comprar divisas para evitar la apreciación del peso.
El fenómeno sólo se explica a partir de las colosales tasas de interés, que garantizan a los inversores ganancias superiores a la ya de por sí elevada inflación. Eso provoca que fondos especulativos del exterior intenten sumarse al juego, para lo que traen sus dólares y los liquidan en el mercado local, bajando aún más el precio de la divisa. La ganancia es doble: al retorno de la colocación en pesos se suma que al término de ese período los dólares se pueden recomprar a un precio más bajo. La operación es conocida como carry trade o, más popularmente, bicicleta financiera.
Para que esa bicicleta siga andando, el Ministerio de Hacienda convalidó tasas de hasta 54% en la última emisión de Lecap, las letras que buscan captar el sobrante de Lebac no canceladas. De los $ 67 mil millones así obtenidos, cerca de la mitad se cobró en dólares, lo que sugiere que ese dinero vino del exterior. El riesgo es conocido: fueron también fondos extranjeros los que hicieron la misma operatoria hasta abril, cuando compraron dólares (entonces a $ 20) y se fueron a otros mercados, forzando la devaluación. Ahora vuelven, pero sus billetes verdes valen casi el doble.
El mayor negocio es de los bancos, que en la estrategia diseñada por el nuevo presidente del Central, Guido Sandleris, deben suscribir en otro tipo de letras preferenciales sus sobrantes de dinero para evitar que crezca la base monetaria. Esas Leliq llegaron a pagar 74% de interés, tasa que ahora bajó unos seis puntos. En las últimas cuatro semanas las entidades financieras pudieron obtener ganancias de 11,5% entre los intereses de las Leliq y la caída del billete. Eso explica que los bancos no presten dinero a las empresas, o sólo acepten hacerlo a tasas usurarias, con lo que el crédito para el sector privado casi desapareció.
El plan de Sandleris para acotar la volatilidad podría llevar al Central a comprar dólares esta misma semana, si la cotización baja de $ 35,10, el mínimo actualizado de la banda cambiaria fijada hace un mes. Sería el aporte de la entidad para mantener en marcha la bicicleta, ese juego con ganadores y perdedores bien definidos.