Los trabajadores argentinos perciben el aguinaldo desde diciembre de 1945. El denominado sueldo anual complementario (SAC) representa un 13º salario anual que, en el momento en que fue instituido, se cobraba enteramente en el mes de diciembre. Por eso la etimología de la palabra se refiere a un donativo que se otorgaba en Navidad a las personas que ofrecían un servicio a los vecinos durante todo el año como la recolección de basura o los carteros. 

A partir del año 1968, con el argumento de evitar distorsiones inflacionarias, ese pago anual se desdobló en dos pagos en junio y diciembre de cada año. 

Este año, en promedio, los trabajadores registrados del sector privado contarán con $925 menos de poder adquisitivo de lo que correspondería en caso de que los salarios se hubieran actualizado junto con la inflación en el período que va de diciembre de 2015 a junio de 2017. 

En relación con la Canasta Básica Total, el aguinaldo promedio de este invierno ($11.224) servirá para cubrir un 64% de los bienes que la componen mientras que, en diciembre de 2015, alcanzaba para cubrir un 57% de esa misma canasta.

Los datos surgen de un informe realizado por el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda a cargo del economista Santiago Fraschina y están basados en datos del ministerio de Trabajo referido a las remuneraciones de los trabajadores registrados del sector privado.

El informe, además, analiza la pérdida del poder adquisitivo del aguinaldo, en términos absolutos y relativos, en 14 sectores testigo de la economía. 

De este modo, el sector que más poder adquisitivo perdió fueron los trabajadores de la explotación de minas y canteras cuyo aguinaldo retrocedió un 20% y percibirán $6.121 menos de lo que hubiera correspondido si sus salarios hubieran acompañado la inflación del período que, según la CABA, alcanzó un 65,6%. 

A nivel porcentual, los siguen los trabajadores de Hoteles y restaurantes que perdieron un 12% de poder adquisitivo, los trabajadores de la enseñanza con un 11%, la industria manufacturera con un 10%, los trabajadores del suministro de electricidad, gas y agua que retrocedieron un 9%. Estos últimos, por el nivel de sus salarios, se ubican en segundo lugar en términos absolutos con $2.168 de pérdida en el aguinaldo de junio.

El único sector que percibirá un aguinaldo superior en términos de poder de compra serán los trabajadores de la pesca que recibirán un 2% más en términos reales que en diciembre de 2015. 

En términos globales, el retroceso se ubica en un 8% en la medida en que, el conjunto de las patronales pagarán una masa salarial por aguinaldo de $ 71.928 millones cuando, según la inflación deberían afrontar un pago de $77.972 millones. La diferencia de $6 mil millones, además, tendrá un impacto en el consumo de la población y su impacto en la economía. 

La variación del valor del aguinaldo de un 55%, además, se dio en el marco de una modificación drástica de la canasta de gastos de las familias toda vez que los servicios básicos se incrementaron de manera muy disímil al resto de los bienes de la economía. Por ejemplo, las tarifas de luz aumentaron un 684%, las de gas un 358%, el agua un 447% y el transporte un 82%. Por ese motivo, según el informe, el aguinaldo servirá para cubrir un número mayor de bienes de consumo corrientes deteriorando por dos vías diferentes la capacidad de destinar el SAC hacia el consumo de bienes de esparcimiento (viajes, fiestas) o ahorro de los trabajadores argentinos.

El informe está acotado a los trabajadores privados registrados y, por lo tanto, pasa por alto lo que ocurre con el sector de los trabajadores informales que, en principio, habrían sufrido un mayor deterioro de su salario real y que, en una gran proporción ni siqueira perciben el aguinaldo.