Un total de 138 prestigiosos economistas y profesionales de todo el mundo firmaron una carta abierta apoyando la reestructuración de la deuda argentina y pidiendo a los acreedores privados que colaboren con ese proceso. La nota señala que “este momento es la prueba definitiva de la arquitectura financiera internacional” que emergerá tras la crisis desatada por el coronavirus y enfatiza que “una resolución responsable sentará un precedente positivo, no sólo para Argentina, sino para el sistema financiero internacional en su conjunto”.
Lo destacado del documento, que contiene reiteradas consideraciones sobre la gravedad del momento que se vive y sobre la oportunidad de crear bases para un nuevo orden mundial, es la talla de sus firmantes. Entre ellos se encuentran laureados economistas como Joseph Stiglitz y Edmund Phelps, ambos ganadores del Premio Nobel, y otros con fuerte peso en el ámbito académico como Jeffrey Sachs, Thomas Piketty, Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff. También se encuentran figuras de la política como el ex ministro de Economía chileno Carlos Ominami y su par brasileño, Nelson Barbosa, e influyentes personajes del gobierno estadounidense como Brad Setser, del Consejo de Relaciones Exteriores que asesora a Donald Trump. Muchos de los que acompañaron la nota han desarrollado parte de sus carreras en el Fondo Monetario Internacional.
En varios pasajes de los diez párrafos se menciona la solidez técnica de la propuesta de renegociación que el gobierno argentino realizó a los bonistas internacionales. En esa línea se valora que la oferta “está diseñada precisamente para aliviar la carga del servicio de la deuda, mientras que el país lucha contra el Covid-19 y trabaja para restaurar el crecimiento. De hecho, la reducción del cupón de bonos promedio ofrecido por Argentina (del actual promedio de 7% a 2.3%) es razonable considerando el entorno actual de tasas de interés. A los acreedores se les pide que recorten su ganancia, pero aún así recibirían tasas de interés razonables en el futuro”.
Pero además los autores realizan una valoración del delicado contexto actual y de la importancia de que la negociación tenga un final exitoso. “En este momento excepcional de la historia mundial, la oferta propuesta por Argentina también presenta una oportunidad para que la comunidad financiera internacional demuestre que puede resolver crisis de la deuda soberana de manera ordenada, eficiente y sostenible”, señala. Además, recuerdan que el ofrecimiento está en línea con los análisis técnicos del FMI y que recientemente el G-20 acordó una moratoria para la deuda pública de 76 países de bajos ingresos, en un esfuerzo conjunto para sostener la economía internacional.
El pronunciamiento constituye un fuerte espaldarazo político al gobierno argentino y en especial a su ministro de Economía, Martín Guzmán, quien fue discípulo de Stiglitz cuando se desempeñó en la Universidad de Columbia, antes de asumir en su cargo actual. Seis profesores e investigadores de ese centro de estudios adhieren a la nota. Pero también hay académicos de Harvard, Cambridge, la London School of Economics, Yale, Boston, Roma, la Universidad de San Pablo y la Jawaharlal Nehru University de la India. También funcionarios y ex funcionarios de la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo y Comercio) y el Banco Mundial.
La reestructuración planteada por el gobierno abarca poco más de U$S 66 mil millones en títulos emitidos bajo legislación extranjera. La negociación se torna más áspera a medida que se acercan dos fechas clave. Una es el viernes 8, cuando vencerá el plazo otorgado a los acreedores para que informen si aceptarán o no el canje de los bonos vigentes por otros nuevos que implican fuerte reducción de intereses y plazos de devolución más largos. Y la otra es el viernes 22, cuando se acabará el período de gracia para abonar los U$S 503 millones en intereses correspondientes a los bonos Global que quedaron impagos desde el 22 de abril. Si para ese momento no hay acuerdo, la Argentina entrará en default.