El pragmático volantazo del gobierno en materia cambiaria, con el aliento a la operatoria de bonos contra divisas que hasta ahora se había ocupado de torpedear, significa un nuevo intento para que el sector privado aporte sus dólares y ayude a normalizar el mercado. Mientras, la tensión crece por la continua pérdida de reservas del Banco Central y la enorme brecha entre la cotización oficial y las alternativas. La diferencia entre los valores extremos, el blue que tocó $ 177 y el mayorista a $ 77,52, es del 130 por ciento.
La incertidumbre en la City es tal que el propio presidente Alberto Fernández tuvo que salir a decir en el foro de Idea, uno de los eventos empresarios que concita mayor interés en el ámbito local, que no habrá devaluación. «Jamás haríamos semejante cosa», dijo el mandatario. El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, lo repitió en un acto oficial.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, anticipó que habrá mayores facilidades para la operación de contado con liquidación, que permite comprar bonos en pesos y revenderlos en dólares. «Control tras control, el mercado CCL se ha ido achicando y se volvió más volátil. ¿Nos importa que haya un mercado de transacciones financieras de pesos contra dólares? La respuesta es que sí. Pero se trata de un mercado chiquito, es muy volátil y afecta a las expectativas. Entonces, vamos a facilitar esas operatorias», explicó. Una ampliación de ese mercado, con la participación de empresas y de público minorista, podría generar una mayor oferta para estabilizar el valor y achicar la brecha.
Guzmán opinó que la generalización de ese virtual mercado financiero libre no generará inflación. «Los precios no están atados a esos dólares alternativos sino al oficial. El blue y el CCL no impactan de forma directa en la economía sino a través de las expectativas. La realidad es que hoy en día están en valores que no representan la realidad», agregó.
Hasta ahora, el CCL y su primo hermano, el dólar bolsa o MEP, eran usados como herramienta para obtener dólares de manera legal sin pasar por el restringido mercado oficial. La posición oficial era que esta maniobra servía para fugar divisas del sistema financiero y por eso la Comisión Nacional de Valores había impuesto un parking (tiempo de espera obligatorio entre la compra y la venta del título) para desalentarla. La ilusión del equipo económico es lograr que se habilite el camino inverso, facilitando que quienes poseen dólares puedan venderlos en ese mercado.
En la semana habían corrido rumores de una iniciativa del sector exportador para que se les permitiera canalizar por el CCL una parte de las divisas que hasta ahora están obligados a dejar en el mercado oficial. La idea fue apoyada incluso por Martín Redrado, expresidente del Central, cuyas opiniones tienen predicamento en el establishment local. «Está claro que hay un problema de falta de oferta. No es fácil solucionarla, pero hay muchas formas de lograrlo por fuera de las herramientas tradicionales. Por ejemplo, que los exportadores puedan traer sus divisas al país sin liquidarlas de inmediato y puedan hacerlo cuando ellos consideren necesario», sugirió.
Las novedades confirman de manera implícita que fracasó la negociación con el sector cerealero, al que se le bajaron retenciones para inducirlo a vender granos retenidos. Lejos del shock de U$S 3000 millones que esperaba el ministro de Agricultura, Luis Basterra, las liquidaciones por ese concepto promediaron los U$S 100 millones diarios. La esperada reunión del equipo económico con el Consejo Agroindustrial Argentino se diluyó en la conformación de comisiones para políticas que ayuden a incrementar las exportaciones a mediano plazo.
Mientras esas acciones se implementan, las reservas del Banco Central se siguen achicando. Entre miércoles y jueves perdió U$S 90 millones en el mercado mayorista, aunque el viernes recuperó U$S 30 millones, según operadores. Cálculos extraoficiales señalan que solo cuenta con U$S 6000 millones de libre disponibilidad y que a esa cifra hay que restarle por ejemplo las reservas en oro, que no pueden venderse de un día para otro. ¿Cuántos son, entonces, los dólares líquidos con que cuenta el BCRA y hasta cuándo podrá continuar vendiéndolos? «Esos datos los guardamos para nosotros», se limitó a decir Guzmán. «
Para el FMI, el problema cambiario forma parte de un desafío dramático
Las tensiones en el mercado cambiario también están bajo el radar del Fondo Monetario Internacional y fueron mencionadas por la directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, entre los «desafíos dramáticos» que debe atravesar la economía argentina en su camino hacia una normalización.
«El país está en seria recesión, las condiciones sociales se agravan, hay desequilibrios macroeconómicos que crecen y un divorcio entre el tipo de cambio oficial y el paralelo. De modo que la máxima prioridad tiene que ser establecer una agenda económica muy completa, integral», señaló Georgieva en una conferencia de prensa. «La tarea más importante para el país es buscar esa hoja de ruta, ver en qué dirección debe moverse y cómo saber que se ha llegado a destino», agregó.
Tras la visita de una misión que estuvo seis días en Buenos Aires, el FMI señaló en un comunicado que «Argentina enfrenta dificultades económicas y sociales complejas, en el contexto de una crisis de salud sin precedentes» y que son «desafíos excepcionalmente difíciles sin soluciones fáciles». Los enviados del organismo volverán a comienzos del mes que viene. «