El estudio, que encuestó a través de redes sociales y WhatsApp, concluyó que, a pesar de que la ley indica lo contrario, sólo el 33,1% de los patrones se avino a pagar el salario a sus empleadas de casas particulares en el marco de la suspensión forzosa de sus actividades.
Para una de las autoras del proyecto de investigación, Miriam Wlos, el estudio se justificó en el hecho de que las problemáticas de este segmento de trabajadores, mayormente de género femenino, “están invisibilizadas. Es una población informalizada y precarizada y con la pandemia esto se empeora mucho más. La mayor parte no van a trabajar, son pocas las que siguen yendo».
El estudio se refiere al sector de estas trabajadoras que se encuentran registradas que son apenas el 30% del total. Así las cosas, es de esperar que, para la totalidad del universo, el porcentaje se incremente sensiblemente. Al mismo tiempo, existe un 11% de empleadas que asegura percibir su salario porque continúan trabajando a pesar de la prohibición que rige en la materia. Para eso, explica Wlos, “los empleadores intentan cambiarlas de categoría para que vayan a limpiar como si fueran de cuidado». Es que el decreto que dictó la cuarentena establecía el carácter esencial de aquellas empleadas que trabajan cuidando a otras personas no así a quienes desarrollan tareas de limpieza.
El cuadro se completa con otro dato contundente que indica que un 55% de las trabajadoras que respondieron la encuesta no tienen ningún otro ingreso extra. Otro elemento para destacar es que el 15% de las trabajadoras encuestadas desconoce cómo tramitar el Ingreso Familiar de Emergencia mientras que apenas el 55,7% lo cobró cuando corresponde que lo haga el 100%. El estudio, difundido por la agencia oficial Télam, refleja parcialmente la voz de las trabajadoras encuestadas.
De esta forma, una de las trabajadoras afectadas señaló que “uno de mis empleadores me dijo que por ningún motivo me puede pagar si no trabajo». Otro testimonio indica que «fui despedida en cuanto empezó la cuarentena obligatoria en uno de los trabajos fijos que tenía. En los otros directamente no me responden o no se hacen cargo porque no trabajaba con registro”.
Resultaría contra fáctico concluir si el amplio incumplimiento en el pago del salario es un resultado no deseado del criterio de otorgamiento del IFE en forma universal para este segmento de trabajadoras o si, por el contrario, los datos indican lo acertado y previsor de la decisión oficial.