La implementación de un nuevo “dólar soja” no impidió que las liquidaciones del complejo agroexportador cayeran un 23% con relación al año pasado, como consecuencia del impacto de la sequía en la cosecha.
De acuerdo a los datos suministrados por CEC y CIARA, las cámaras que agrupan a las grandes empresas del sector, la liquidación de divisas alcanzó el mes pasado los U$S 2.435 millones, una cifra bastante inferior a los U$S 3.171 millones del mismo período de 2022.
En lo que va del año, además, las divisas generadas por el sector sumaron U$S 5.237 millones, una cifra 53% inferior a la del primer cuatrimestre del ejercicio anterior.
“El ingreso de divisas del mes de abril es el reflejo de un mercado fuertemente afectado por la extrema sequía que ha reducido drásticamente las producciones de la cosecha fina, la producción de maíz de primera y la soja, esta última además con retraso de cosecha”, señalaron ambas cámaras en un comunicado conjunto.
El comentario marca los límites de la tercera edición del Programa de Incremento Exportador (PIE), herramienta a través de la cual el gobierno resolvió ofrecer a los productores de soja un valor preferencial de 300 pesos por dólar para vender sus remanentes. En la ocasión, además, la oferta se extendió a otras economías regionales, como estímulo para generar mayores exportaciones.
De acuerdo a una comparación hecha por la Bolsa de Comercio de Rosario, después de 15 días hábiles los productores de soja liquidaron U$S 1.605 millones. En la primera edición del Programa, en septiembre del año pasado, en la misma cantidad de rondas habían liquidado más del triple (U$S 5.707 millones).
Si bien el complejo agroexportador incluye otros granos y cereales, la soja es el producto principal. Sus derivados, harina y aceite, suman el 21% de las ventas argentinas al exterior. A pesar de ello, la escasez de soja provoca que las empresas dedicadas a la molienda tengan una capacidad ociosa cercana al 50% y que estén intensificando las importaciones de materia prima desde Paraguay para mantenerse en actividad.
Aparte de la catástrofe climática, las expectativas sobre una posible devaluación y la especulación consiguiente también jugaron en contra de las aspiraciones oficiales de incentivar la exportación. “La inestabilidad del mercado cambiario condiciona el normal flujo de la oferta”, admitieron desde CEC y CIARA. La corrida que se produjo en la segunda quincena de abril, que llevó el dólar CCL por encima de los 460 pesos con una brecha de casi 110% con el valor oficial, alimentó las especulaciones de los exportadores sobre el precio que podrían conseguir si postergan las ventas, lo contrario de lo que buscan las autoridades a través del PIE.