Fiscales de varios estados de Estados Unidos demandaron a Google en un documento que acusa a la compañía de recopilar datos de geolocalización de los usuarios de Internet durante al menos cinco años, incluso cuando lo han desautorizado expresamente, mientras la empresa niega estos cargos, se informó hoy.
Si bien los usuarios con sistema operativo Android o propietarios de un iPhone con una cuenta en Google podían activar la opción que impide la captación de datos de localización, «Google continuó recolectando y almacenando» datos sobre la ubicación de los usuarios, informó la agencia AFP.
La información provenía de la actividad en Internet, del uso de aplicaciones, del Wi-Fi y de las interacciones por Bluetooth. De acuerdo con los fiscales, el período implicado es de 2014 al 2019, por lo menos, y cada uno por separado emprendió acciones legales en su Estado y está solicitando a los jueces que ordenen a Google que detenga estas prácticas.
También solicitaron el reembolso de los ingresos generados a través de la recopilación y el uso de los datos de geolocalización y multas por un monto no especificado. Esta discrepancia entre las funciones ofrecidas y sus efectos en el uso de datos de geolocalización fue conocida en 2018 a través de la agencia Associated Press.
Sobre esto, Google argumentó que la acusación se basó «en afirmaciones inexactas y aseveraciones obsoletas. Siempre hemos incluido opciones de protección de datos en nuestros productos y nos hemos ofrecido a controlar de manera efectiva los datos de geolocalización», afirmaron.
«Nos defenderemos enérgicamente y restauraremos la verdad», señaló una portavoz de la empresa, y enumeró las «mejoras» implementadas por Google «en los últimos años».
Según explicó, estas mejores permiten borrar automáticamente los datos de geolocalización en tiempo real o buscar una dirección o lugar sin que se almacenen los datos.
Durante los últimos, Google ha sido objeto de varias demandas en los últimos años. En julio, 36 estados y el fiscal de la capital de Washington demandaron a la filial de Alphabet por supuestas prácticas anticompetitivas relacionadas con su tienda de aplicaciones Google Play.
Asimismo, otros dos procesos judiciales están en desarrollo en Estados Unidos por la posición dominante del motor de búsqueda de Google, y un tercero está relacionado con la tecnología utilizada en la publicidad.