La decisión del Banco Central (BCRA) de mantener prácticamente estable su tasa de interés de referencia, tiene consecuencias concretas en el bolsillo de la población. El martes, el BCRA rebajó esa tasa del 28,75% al 28% al año. A los fines prácticos, es casi lo mismo y así lo han entendido los analistas y los especuladores. Estos últimos, abandonaron el dólar en malón ese mismo día y se pasaron a instrumentos financieros en pesos, de forma de aprovechar lo que siguen considerando como una supertasa de interés.
Ahora bien, tal como el BCRA la denomina, esta tasa, técnicamente llamada centro del corredor de pases a 7 días, es una referencia para todo el sistema bancario y financiero. Hay que tener en cuenta que se trata de una tasa de interés para operaciones mayoristas, es decir del BCRA con los bancos. Y como en todo asunto comercial, lo mayorista es más barato que lo minorista. Es decir, salvo contadas excepciones, esta es la tasa que oficia de piso sobre el cual un banco cobra sus intereses a los que le deben- o el techo por debajo del cual, un banco le paga un rendimiento a un ahorrista.
Así las cosas, ¿qué implica que la tasa de referencia esté en 28%? Significa que el público y las empresas tendrán que pagar sus nuevas deudas, o las viejas a tasa variable, un interés por encima de ese nivel. En rigor, desde hace mucho que las tasas de interés de los créditos están por las nubes, especialmente las que cobran las tarjetas de crédito por financiar las compras. Según la información del Banco Central, a julio de 2017 había casi 25 millones de titulares de tarjetas de crédito que poseían unas 37,5 millones de plásticos.
La tasa promedio que cobran las tarjetas por el financiamiento, siempre según el BCRA, era del 41,25% a noviembre pasado. No hay datos de diciembre. Pero ese promedio incluye extremos como el 101% de Montemar o el 111% anual de Cordial, ambas compañías financieras que emiten plásticos de Visa y MasterCard, además de otros con marca propia.
La tasa de interés promedio de los préstamos personales fue en diciembre del 39,9% anual según el BCRA. Aquí también hay puntas, como el 96,71% anual del Banco Hipotecario para un tipo particular de préstamo personal.
En el caso de las empresas, el promedio de tasas de los adelantos de cuenta corriente se ubicó en diciembre en 34,15%. Si el crédito es para capital de trabajo, los bancos cobran cerca del 30% anual para el caso de préstamos a tasa fija, según un relevamiento de este medio entre algunas entidades líderes.
Por debajo de estos promedios se ubicó el de los créditos prendarios (para comprar un automóvil, por caso). Según el BCRA, fue del 17,4% en diciembre, aunque aclaró que ello se explica en buena medida por el incremento de la participación y el descenso de la tasa de una entidad que opera a tasa relativamente baja. Es decir, ese nivel de tasas se debe al impacto de la acción de un banco en particular.
En lo que respecta a las tasas de interés de las líneas destinadas a financiar la actividad de las empresas, los documentos a sola firma promediaron el 25,3%, mientras que la tasa de interés de los documentos descontados promedió el 24,2%.
Las tasas de interés detalladas no incluyen a los créditos en UVA, sean hipotecarios o personales. Como se sabe, tanto el capital como los intereses de esos préstamos se indexan por inflación. A ello se le agrega un interés que varía entre el 3 y el 8 por ciento anual en el caso de los hipotecarios; y entre un 10 y 15 por ciento, en el de los personales.